¡Hazme tu extrema pregunta!

Absolutamente inquieto, y sin poder evitarlo debido a que la tranquilidad no es una de sus grandes cualidades, el peliblanco dirige con firmeza y determinación sus ojos hacia el público invisible e inexistente frente a él, casi imaginándole y limitándose a apretar los puños en la mesa mientras suspira con pesadez, esperando a que cualquiera apareciese y le consultase dudas respecto a su extrema persona. No puso demasiados regañadientes frente a esto pese a no ser precisamente una persona demasiado inteligente para responder interrogantes complejas, pues toda esta situación le supo a algo relacionado con algún deseo de Kyoko por verle como un verdadero orador de conferencias o quién sabe que extrema cosa que no supo escuchar bien porque las palabras con que se lo explicaron fueron demasiado complicadas para su extremadamente inutilizado cerebro.

-¡Bien, pueden preguntarme cualquier cosa! –Toma aire y luego vuelve a elevar la voz, más alto que antes.- ¡Les responderé lo mejor que pueda, al extremo!

Y su grito se desvanece en medio del salón vacío, luego de levantarse con exagerada energía de la silla mientras sus manos se elevaron centímetros de la mesa, para luego chocar con esta y mantenerse en reposo ahí como minutos atrás. Bien, s-se supone que solo le quedaba esperar, ¿No? Espero con extrema paciencia, pero poco a poco el aburrimiento le fue embargando, haciendo una mueca de ociosidad mientras sus hombros se ponían un tanto gachos.

Entra con cuidado al cuarto y vislumbra a su hermano mayor. No puede contener una risita al verle ¿aburrido? Era raro verle quieto. Rápidamente pensó en algo y se apuró a llamarle.

-Oniichan, yo tengo una pregunta-sonrió, de forma quizá juguetona- ¿Qué es lo que piensas de Hana-chan?-

Y estaba ahí, totalmente aburrido y desganado al no tener algo interesante que hacer, que estuvo por levantarse y largarse de allí, ¡D-Después regresaría! Necesitaba mover el cuerpo aunque fuera un poco para liberar toda esa energía acumulada durante el lapso que le tomaba estar ahí sentado. Y entonces poco menos deja caer la silla cuando se levanta con exageración de la silla y ve a su hermanita entrando, la cual le formula una pregunta. ¡Ah, Kyoko, siempre tan oportuna cuando quería serlo!

-¡Kyoko! -Grito, para luego quedarse un tanto confundido con la pregunta. ¿Por qué le hablaba de su mejor amiga? Poco había podido socializar con ella ciertamente, después de todo, él estaba demasiado ocupado con el boxeo y sus entrenamientos.- ¿Uh? ¿Esa es tu mejor amiga? -Se refriega el cabello mientras lo piensa, y entonces articula su respuesta.- Pues no sé que decir de ella realmente... Jaja, tú sabes... No he tenido la oportunidad de conocerla. ¡Pero debe ser una gran chica si es que ella es tu mejor amiga, eso seguro, al extremo! -Exclama, esperando que eso pueda cubrir su escueta respuesta.

Entró con cierta timidez.

-Onii-san? Me preguntaba que...- Se sonrojó y se rascó la mejilla, tragando saliva antes de continuar con un ataque de valentia. - Cómo te tomarias que tu única hermana tuviese novio y él fuese alguien conocido?- Bajó un poco la cabeza sin dejar de mirarle con atención y cierto temor.

-¡Sawada! -Y luego de que su hermanita se hubiese retirado, el castaño hacia acto de presencia en el lugar para formularle una interrogante... que le tomó al extremo por sorpresa. ¿Qué era esa hipotética situación tan extremadamente extraña -pero no menos realista- que le planteaba el contrario? Bueno, de cualquier forma, debía de responder.- Bueno... -Se rasca la mejilla.- Si Kyoko le quiere no puedo interferir en eso, y si es un conocido, solo espero que sea alguien que la quiere y proteja, y la haga feliz. -Hace una leve pausa, y entonces golpea fuertemente la mesa.- ¡Pero si ese sujeto la hace sufrir o llorar, juro que le partiré la cara a puñetazos, no importa quién sea! ¡Así que más le vale que no lastime a Kyoko o lo noquearé, al extremo! -Y luego de haber tenido ese pequeño ataque de energía al solo pensar en su hermanita triste, vuelve a sentarse, con un poco de curiosidad todavía.- Aunque es extremadamente raro que me preguntes eso Sawada.

Lussuria escribió:-Por que eres taaan lindo?

Gab(?) escribió:SI PORQUE ERES EXTREMADAMENTE CUTE?!

-¡Eh?! ¿¡Por qué lindo!? -La pregunta le deja un tanto desconcertado, y es que, además de que para un hombre no es precisamente muy genial ser llamado de dicha de forma, nunca se ha considerado como tal, y tampoco es que se lo hubiese pensado. No, para él era mejor ser fuerte, fuerte y extremo, pero ¿Lindo?- ¡Eso es totalmente falso, al extremo! ¡Yo debo ser un hombre extremadamente fuerte, no lindo! -Suspira con pesadez y frunce levemente el ceño.- Las chicas son las que deben ser lindas. -Replica, haciendo un leve mohín de disgusto, para luego relajarse de nuevo. Pero es que ¡Lindo, qué!

Fran escribió:¿porqué te apasiona el boxeo senpai?~

Y oh, con esa pregunta el muchacho del sombrero extraño había logrado encender la chispa extreme en él, con todo su fuerza y vigor. Se levantó con rapidez de la silla mientras apretaba el puño cerca del pecho, y deja escapar una voz llena de pasión.

-¡Porque es un deporte donde debes darlo todo, al extremo! -Grita con, quizás, demasiada energía.- ¡Donde sobrepasas cada reto que se te presenta, donde todo te motiva a volverte más fuerte y alcanzar la meta que quieres! -Toma un poco de aire, y entonces continua con el discurso.- ¡No hay nada mejor que esa extrema satisfacción personal cuando sabes que estás superándote! ¡Además, con estos puños, voy a proteger a la gente que me necesita, al extremo! -Y finaliza mostrando el nudillo fuertemente contraído, mientras una sonrisa se le forma en los labios. Es que, ah, hablar de boxeo siempre le llena de una felicidad plena.