[FCH] Una fiesta algo extraña

Ella sabía que cuando recibió la invitación de Dino Cavallone a su fiesta de Halloween todo se voltearía de cabeza. En la carta, había un voleto de avión a Italia, ¡genial! No debía gastar nada, podía dejar el dinero para la comida de Ken y Chikusa mientras ella no estuviera. Chrome decidió ir, seguro sería divertido.
Aunque algo le había causado curiosidad; el mismo día que se le fue enviada la invitación, recibió una carta que decía así:
"Querida Chrome-chan;
Sería lindo que nos encontremos en la fiesta; ¿No crees? Te espero ahí"
Intrigada, decidió ir a la fiesta. Tomó el avión y llegó a Italia en unos días. Era extraño, ese ambiente de tranquilidad en Italia era tranquilizante, aunque no estaba acostumbrada. Se quedó en un hotel cerca de la mansión y se preparó para la fiesta. Estaba algo emocionada, quería pasar un buen rato con sus amigos y seres queridos, aunque estaba preocupada por la carta. El autor de la misma no había especificado quién era y no estaba muy segura de qué hacer.
Se había terminado de vestir, con un vestido negro, unas botas, un sombrero de bruja y una escoba. -Espero que esto esté bien...- Se dio unos últimos retoques de un leve maquillaje, el cual casi ni se notaba, y salió de su habitación y del hotel, llendo a la mansión Cavallone.
Llegó e inmediatamente comenzó a mirar un poco el lugar, realmente estaba bien decorado para la ocación. Sonrió para sus adentos -Dino-san tiene una mansión muy bonita...-

Spoiler:

-¡Longchamp-sama por favor no este así!- Repetía preocupado el tutor viendo a su joven alumno tendido en el suelo desolado por la tristeza.

-¡Mi vida es oscura! ¡Nada tiene sentido en este mundo!- Gritoneo dejando que las lagrimas cayeran por sus mejillas -¿¡Por que Koko-chan no puede amarme!?- Grito desesperado encogiéndose hasta abrazarse a sus piernas para llorar como un verdadero niño.

Preocupado el tutor por la mala suerte que el joven tenía con sus parejas decidió intentar animarle con lo que fuere.

-¡Longchamp-sama por favor!- Insistió -¡No esté así! Pronto será su cumpleaños ¿Qué le parece si asiste a la fiesta de Cavallone? ¿O si aprovechamos el viaje para visitar a su familia?- Pregunto preocupado tratando de buscar cosas que realmente pudieran sacar de esa situación al niño, después de todo lo que más le gustaba al pelirrojo era el Halloween y día de su cumpleaños, y obviamente pasar tiempo con su familia.

-¡¡No!! ¡No quiero ir a ninguna parte solo!- Grito el niño desolado por la reciente desilusión sentimental.

Al tutor se le partió el corazón. Su alumno era un joven muy energético y divertido, pero esta vez parecía realmente mal y tan solo faltaban unos pocos días para el día de los muertos. Decidió darle lugar al niño a que reflexionara y le dejo solo para que se tranquilizase. Al salir de la casa decidió buscar a alguna linda dama que aceptase tener una cita con su pupilo, pero su búsqueda se dio realmente devastadora.
Ya a final del día noto a una jovencita muy bonita caminar junto con el Decimo Vongola y su gente, notando la fuerte energía que esta emanaba ¡Era perfecto para su alumno!
Se tomo su tiempo para desarrollar su plan y preparo una carta para pedirle a la niña que se encontrara con su alumno en la fiesta de Dino, formulando así un plan para que tuvieran una cita a ciegas.
Para la fecha el Longchamp se encontraba más feliz que nunca otra vez por lo cual el tutor estaba algo preocupado por su loca idea de la cita, mas aun así los miembros de la familia del candidato a Octavo líder de la familia Tomaso asistieron a la fiesta Cavallone llevando con sigo a su jefe obviamente.

Ni bien llegaron el pelirrojo se desacomodo los vendajes que cubrían su rostro para así poder ver bien a los invitados, correteando por todas partes para saludar a los conocidos y también presentarse a los desconocidos, aun sin saber del plan de su tutor.

Entre la multitud, logró ver a un enérgico pelirrojo; ¿Ese sería el chico que le envió la carta? Rió un poco, era algo extraño, pero se veía agradable. ¿Y si se acercaba a hablar con él? ¿Qué le diría? Lo pensó unos segundos y decidió no acercarse. Por la velocidad con la que saludaba a todos, se notaba que en algún momento se acercaría a ella para saludarla.

Paso corriendo entre la gente, cuando uno de sus rotosos vendajes se soltó y enredo en su pie, haciéndole caer estrepitosamente al suelo frente a la guardiana de la niebla Vongola. Aun allí río torpemente y se volteo para ver al resto de los invitados pero al voltear se topo con los pies de la chica, subiendo por estos sus delgadas piernas y luego la pollera haciendo un plato al rededor de su cadera. Rojo como un tomate se puso en pie y se fue corriendo hacia donde su amigo el Décimo Vongola se encontraba. No había sido su intención para nada verle las bragas a una de las invitadas de la fiesta, aunque debía de reconocer que las blancas piernas de la chica eran simplemente adorables. Sonrío aun sonrojado y saludo a su amigo quien parecía muy ocupado diciendo que debía alejarse de él.
Volteo al escuchar a su tutor alarmado llamándole y se encontró con este para escuchar lo que le decía.

-Longchamp-sama hay alguien que quiere verle- Dijo agitado el hombre -Tienen que encontrarse en el piso superior- Finalizo el hombre tomandole por los hombros para empujarlo escaleras arriba, apurandose luego a ir con la joben niña a decirle lo mismo -¿Usted es Dokuro Chrome-sama Verdad? Mi Jefe le esta esperando en la planta alta- Le explico con ceriedad el tutor

Al ver al chico totalmente rojo cerca de sus pies, enseguida notó lo que pasaba; le había visto las bragas. -A-Ah...- Se sonrojó notablemente y por suerte para ambos, él se fue corriendo. Estaba totalmente sonrojada, jamás había sentido tanto calor en las mejillas. Bajó la mirada hasta ocultarla en su sombrero, no podía hacer otra cosa, estaba realmente avergonzada, aunque el pelirrojo ya no estuvier ahí.
Al notar que el hombre le hablaba, levantó la mirada, observándolo con su único ojo sano. -¿Eh? ¿Planta alta?- Parpadeó un par de veces, procesando la información, y luego asintió con la cabeza, sonriendo levemente, intentando bajar su sonrojo. -Iré ahora mismo, gracias por avisar...- Subió las escaleras, a paso lento, intentando olvidar el suceso anterior. Se frotó las mejillas con ambas manos, creyendo que así el calor se iría de sus sonrosadas mejillas. "¡No pienses en eso Chrome!" Se reprendía mentalmente.