Perdiendo una apuesta [RETO]

Nozaru te reto a usar lenzeria erótica para seducir a alguien para que te viole! (???) -Le chorrea a mares la nariz-

No podía creer que hubiese perdido una apuesta tan tonta con Tazaru, creía que iba a ganar...no, estaba seguro de que iba a ganar esa apuesta, vamos, consistía en ver quien derrotaba al otro jugando Soul Calibur, ¿desde cuando ese grandullón había aprendido a jugar? Eso era trampa, seguro que había hecho trampas como fuese o lo tenía ya todo bastante bien planeado y estuvo horas jugando a escondidas o mirando tutoriales para ganarle, pues no había otra explicación más sencilla o al menos él no encontraba ninguna. Era vergonzoso haber perdido de una manera como esa, pero lo era mucho más el hecho de que tuviese que cumplir ahora con la apuesta. Debería de no haberse jugado nada, ahora que se daba cuenta sabía que tendría que haberlo pensado mucho mejor antes de acceder a nada, pero ya no era posible.

Además, ¿por qué tenía que usar esa ropa interior tan vergonzosa? él no era una tía, ni uno de esos a los que le iban las cosas raras y ahora se encontraba en esa situación. Aunque para su suerte tan solo estaban ellos dos, al menos no lo sabría nadie más, eso si que hubiese sido para que se lo tragase la tierra. Y ahora se veía usando esa cosa...que no sabía muy bien para que mierda la habían inventado si lo único que hacía era molestar como mil demonios. ¿Por qué le faltaba tela a ese cacharro? tan solo tenía la tira de la cintura y dos en la parte trasera que dejaban todo al descubierto, lo único medio oculto era la parte delantera, pero de poco servía ya que la tela era como una rejilla.

Oh Dios, cuanto más lo pensaba más cabreado estaba y encima parecía un salido yendo con esa cosa puesta, al menos sus pantalones lo disimulaban pero era tan incómodo andar con eso. Salió del cuarto donde siempre estaban todos y caminó por los pasillos de manera algo extraña ya que se sentía como si no llevase ni los pantalones. Encima el trato había sido el de caminar por ahí con esa cosa, pero no esperaba que al caminar durante algunos minutos más terminase entrando sin darse cuenta a una sala llena de cables, ¿sería algún almacén? Iba a darse la vuelta cuando se topó con cierto rubio que entraba al lugar, sorprendiéndose un poco. -A-Ah...Hola, tan solo pasaba por aquí y...ya me iba- dijo sin saber muy bien que decir, llevando las manos hacia atrás pues pensaba que se daría cuenta, pasando por su lado lo más disimulado posible para largarse.

Se sorprendió por el movimiento del rubio, pues no esperaba que fuese a cerrar la puerta para no dejarle salir, así que paró por completo y miró un poco hacia atrás, encontrándose con la azulina mirada del contrario. ¿Y ahora que haría? no se había colado para robar y estaba deseando de largarse por donde había venido, pero la puerta cerrada le impedía el paso, además de que esta, al contrario que el resto, no parecía querer abrirse ante su presencia, seguramente porque el mecánico le hubiese hecho alguna modificación que solo respondiese ante él.

La sugerencia del rubio al principio le sonó más como una orden, pero al mirar al robot con aquellas tazas dudó un poco. Parecía que le estaba ofreciendo algo de comer, aunque no tenía hambre en ese momento y mucho menos quería permanecer allí parado durante más tiempo, pero tal vez si se negaba su actitud resultase más sospechosa, así que afirmó levemente, volviéndose de nuevo para sentarse sobre ese cojín moviéndose un poco sobre este al hacerlo. Nunca había estado en esa parte de la base y mucho menos en compañía del rubio durante tanto tiempo, por lo que no tenía ni idea de que hablar con este, tampoco es que pareciese demasiado social.

Miró la bandeja un momento, durante unos segundos no supo si coger el té que le ofrecía o no, pero finalmente se decidió por hacerlo así que extendió un poco uno de sus brazos para tomarlo, sujetando este entre sus manos pero sin beber, tan solo mirando a quien estaba frente a él. O al menos así fue hasta que le hizo esa pregunta, logrando que se pusiera como un tomate y negase varias veces. -N-No pasa nada...estoy bien- miró de reojo a la puerta, cuanto más tiempo pasaba más quería largarse de ese lugar. Así que le miró de nuevo un poco incómodo, dando un sorbo a su té y dejándolo sobre la mesa para no resultar tan grosero. Se removió un poco sobre su cojín y miró de nuevo al mayor. -¿Me puedo marchar? Te prometo que no he venido a robarte nada, tan solo no sabía que era este lugar y entré sin querer- Lo que no quería era que siguiese sospechando y terminase por mirar más de lo que debía, así que esperaba que al menos diciéndole aquello le abriese la puerta y dejase que se marchase por donde había venido.