[Reto] Entre chicos nos entendemos(?)

Reve escribió:Yo yo... yo quiero ;//; KyokoxHaru version masculina ;AAA; ay es que Kyoko es tan Yamamoto xD i need it LEERLO GOZARLO ASJHDKAJHDKAJHDS

Consiguete un Kyoko version male y contigo male también, dame un rol que contenga declaración, besos, y sexo al final CB HOHOHOHO <333

OK ...


Era la hora de la salida de la escuela Namimori. Había llegado un poco antes para asegurarse el ver a la chica que le gustaba. Se arregló un poco el cabello -atado en media coleta- y esperó pacientemente -mejor dicho, con la mirada fijada en el portón, casi con fiera determinación- a que la castaña saliera. Se abrió la reja, y los estudiantes salieron en pequeñas oleadas. Muchos de ellos pasaban por su lado, notando la diferencia de su uniforme, pero no les prestó atención. Nada lo iba a desconcentrar de su misión

Nada, a menos que se encontrase con alguno de sus conocidos

/o/ Yamamoto Takeshi as Kyoko~ Llamémosle Sagara Kyo! c:?


Estiró los brazos ¡Por fin había terminado el periodo de clases! Era algo triste el hecho de tener que despedirse de sus compañeros, pero al día siguiente ¡seguro los vería! Así que no tardó mucho en salir de su aula.

Pasó antes por la de su hermana y ella le dijo que no se preocupara por ella y se fuera a la casa. Kyo pensó que aquello sería peligroso, después de todo ¡era una chica! su deber como hermano era protegerle, pero siendo la otra tan insistente como ella sola, el rubio decidió hacerle caso, no sin antes prometer que le tendría una rica cena preparada una vez llegara a casa; porque sí, extrañamente, los hermanos Sagara parecían tener los roles invertidos.

Es entonces que Tsuki se había aparecido en la puerta principal de la escuela, esa que estaba conectada a la reja por un amplio camino rodeado de árboles. Le sugirió que se fueran juntos y la castaña aceptó, sonrojándose adorablemente, más antes de que pudieran partir, Gokurenai y Yamako se la llevaron -sobre todo la primera-.

-¡Bueno, parece que me tendré que ir solo!- Hane, su mejor amigo, también se había desaparecido. Ríe para sí y se encamina a la reja, notando al salir una silueta familiar. Sus mejillas se tiñeron levemente de rosa, y saludó con la mano.

-Haru-kun!- saluda animado, aproximándose hasta él- ¿Qué tal? ¿Esperas a Tsuki-chan? ¡Ella ya se fue! ¡Gokurenai-san y Yamako-san se la llevaron!- apura en decir-

Escuchó de pronto que le llamaban. Y no tardó en reconocer la voz. Esa persona era una de las pocas cosas que podían sacarle de su concentración

-¡Kyo-kun!¡Hola!-Saluda a su amigo desde sonde estaba con una amplia sonrisa, aunque su semblante se ensombrece al darse cuenta de la noticia-¿Hahi?¿Tsuki-san ya se fue?-suspira pesadamente- Y Haru esperaba salir con Tsuki-san hoy - dice algo decepcionado y se revuelve el cabello para alivianar algo de su frsutración, para luego recuperar la compostura - bueno, que se le va a hacer - Y luego se le ocurre una idea- Kyo-kun, ¿no quieres salir con Haru? Haru no tiene muchas ganas de volver a casa, así que podríamos ... mmm ... salir a ... ¿hacer algo?- termina de decir medio avergonzado de su improvisado plan

-Haha, sí, lo siento, de saber que estabas aquí les hubiera detenido- de esa manera todos se la pasarían bien juntos, aunque en su interior optara más por estar a solas con el castaño. Después de unos momentos escucha al otro hablar, y el rosa en sus mejillas sube de color, aunque lo disimula al sonreír ampliamente, jugando con el tirante de su mochila- ... claro que sí, Haru-kun, ¡me daría mucho gusto!-responde animado y coloca una mano sobre el hombro ajeno- Me alegra poderme ir contigo, Haru-kun, yo ya pensaba que me iría solo porque Hane se me perdió de vista y mi hermana está entrenando muy dedicadamente!-Ladea el rostro para mirarle feliz- en realidad me hace muy feliz, Haru-kun-.

Cuando se da cuenta de la escena que anda montando en plena reja -no por verse extraño, sino porque él mismo se siente extraño por aquello, como si fuera demasiado evidente su sentir- se endereza y se adelanta unos pasos, mirando al otro al girar el rostro hacia atrás, sonriéndole.- ¿Está bien si nos vamos ya? Podríamos ir al arcade por los videojuegos... o a comer una hamburguesa, ¿qué prefieres, Haru-kun? -Interiormente le hubiera gustado ir más por cosas dulces, como pasteles o chocolates, pero aquello sería extraño en un chico ¿cierto? Además de que no era el 'día' para eso.

Se quedó ahí, esperando a la respuesta del otro y a que emprendieran el camino rumbo al centro de la ciudad.

Era algo que le parecía agradable del otro chico. Tenía esa capacidad de sonreír y hacer que otros sonrían casi como por reflejo, inclusive él mismo, además le agradaba su presencia, así que naturalmente sonreía, aunque menos notoriamente que su amigo

Entonces ¿cual iba a ser el plan a seguir? meditó ambos puntos un segundo y llegó a una conclusión

-Podríamos ir a jugar un rato. Haru se muere de ganas de probar el nuevo juego que llegó. Todos los chicos de la escuela de Haru dicen que es amazing-desu- Se adelanta un par de pasos y se da la vuelta para indicarle que le siga con un pequeño gesto de su cabeza -¿Vamos?

Se quedó embobado al verle delante suyo y sugerirle que le siguiera. Se limitó a reír en respuesta, asintiendo con la cabeza. Le dio alcance, colocándose hombro a hombro- Será divertido si es con Haru-kun- sonríe de manera amplia y acomoda el tirante de su bulto.

Se dirigieron al centro de la ciudad, más antes de llegar al arcade pasaron por la calle donde se encontraba la 'calle especial' de Kyo, echó una mirada de reojo y vio en el aparador unos deliciosos pasteles que imploraban ser degustados por él. Pero no era hora; sacudió la cabeza y siguió con firmeza hasta donde acordaron, deteniéndose en la puerta del local.

-Bueno, ¡Quedo a tu cuidado Haru-kun! Hace un tiempo que no vengo y no sé que debería jugar, ¡así que elige! haha-luego pensó que esa frase había sonado mucho a como la diría una chica. Desvió el rostro y rió nervioso, en lo que esperaba que el otro se decidiera.

-¿Hahi?¿Seguro Kyo-kun?- le pregunta sonriendo -Si dejas que Haru escoja, seguro que Haru te gana - ríe de buena gana, muy seguro de si mismo - pero si Kyo-kun así lo quiere ... - y se pone a analizar el lugar, buscando el famoso juego nuevo, uno de sus favoritos por lo demás

Y apenas escucha una movida música proveniente de un rincón, sonríe ampliamente reconociéndola casi al instante

- ... pues Haru quiere que juguemos a ése- y señala en dirección de donde proviene la música. Una máquina de baile resalta a la distancia por su propia iluminaria reflejada en su superficie reluciente. El castaño toma al otro chico de la mano y le jalonea hasta el lugar, para luego quitarse el blazer de la escuela y echar unas monedas en la máquina

Realmente no le importaba perder –en realidad tampoco era que le gustaran mucho los videojuegos- ; lo en verdad valioso era el que podía pasar un poco más de tiempo con aquella persona que era tan preciada para sí.
Sonrió sin más hacia el de cabello castaño, más bien por otro tipo de felicidad y siguió la dirección que el otro señaló. Parpadeó un par de veces y la sonrisa se ensanchó.

Era bueno bailando.

Fue jaloneado por el moreno, sintiendo el cuerpo tensarse por un instante, el mismo que dura el agarre entre sus manos. Opuso leve
resistencia para poder prolongar ese momento, más cuando estuvieron ahí el sueño terminó. Se mordió los labios suavemente y siguió con la vista los movimientos de Haru. Se sacó la mochila y configuró el juego a un nivel medio, había ido algunas veces y la gracilidad con la que podía mover los pies le habían dado capacidad de poder jugar a esa velocidad.

-¡Esto será divertido, Haru-kun!- le sonrió ampliamente, para luego fijar la mira en la pantalla, pronto la música empezaría y él tendría un problema que ciertamente no había previsto.

Por mucho, iba a preferir ver a Haru bailar que ver sus propios pies.

Busca una de las canciones que ya conocía, estando seguro que había al menos una de ellas, conociendo ese tipo de juegos. Cuando al fin encuentra una de su agrado, sonríe, la selecciona y le da la espalda a la máquina

-Kyo-kun -sonríe- este truco te va a sorprender -sonríe confiado y se arremanga la camisa. Como la canción ya le era familiar, podía darse el lujo de pavonearse un poco frente al otro chico

Apenas empieza la música, sabe lo que hay que hacer. Empieza. Una entrada con un giro, un gesto ágil para presionar un botón, un par de saltos, una pequeña sacudida de mano aquí y allá, un movimiento largo y suave en las pausas, y otros pasos más que hacía tiempo que había estado practicando sólo para mostrárselos, finalizando con una linda pose justo cuando termina la canción

Pero toda la secuencia demandaba más esfuerzo físico que un jugador normal así que ya para el final de la canción respiraba algo agitado, obligado a aflojar su corbata y abrir los primeros botones de su camisa para respirar mejor, y un atisbo de sudor se empezaba a asomar cerca de sus sienes

La canción comenzaba y estaba por seguir la secuencia marcada en la pantalla cuando el otro le llama e invita a observar su baile. Las mejillas de Kyo se encienden en sobremanera y la respiración se le corta al ser absorbido por la confiada –y encantadora- sonrisa de Haru.

Los movimientos fueron ejecutados casi con maestría; Haru, al parecer, sabía exactamente de qué forma contonearse para atrapar la atención del que le observara. Claro, para Kyo aquello era todavía más atractivo; tanto que sus pies no se movieron ni un ápice mientras el de cabello castaño bailaba. No así sus ojos, éstos seguían con deleite y precisión el ritmo de su compañero.

Cuando la música termina, puede observarse en la pantalla del juego una ‘S’ por parte de Haru y una ‘F’ por parte de Sagara –la mejor y la peor puntuación, respectivamente-Sin embargo Kyo está más ocupado intentando recordar el cómo se respiraba, sintiendo la sangre calentarse cuando Miura se afloja la corbata. Las gotas de sudor no sólo recorren la frente de Haru, sino también bajan por su cuello, marcando la yugular, dejando al otro más tieso que una estatua.

Bajó la mirada y exhaló con pesadez, rascándose luego un brazo-Eh…hm…lo…¡lo hiciste realmente bien Haru-kun! –Levantó la vista, enfocando al otro, lamentándose internamente por lo colorado que debe estar su rostro- ¡E-en verdad me gustó mucho! Haha – se revolvió el cabello y desvió la mirada hacia otro lado- hm… como perdí no nos dejará bailar otra canción, lo siento… ¿quieres que lo hagamos de nuevo? ¿O prefieres ir a tomar algo? Me parece que te agitaste bastante- comentó intentando ser casual. No quería mirarle –no del todo- o se pondría aún más torpe de lo que ya estaba, o dicho de otra forma, se delataría completamente.

Sonríe ampliamente al oír los cumplidos del otro. Aunque estaba algo cansado, estaba contento. Después de todo, había preparado esa pequeña exhibición para él, y si le podía sacar una sonrisa, daría por cumplido su propósito.

Se estiró un poco para relajar el cuerpo y terminó accediendo a la sugerencia del otro chico

-Sí, a Haru no le vendría mal algo de beber –le sonríe- Kyo-kun ¿quieres ir a algún lugar en especial a comer algo? Haru está de muy buen humor, así que Haru invita– sonríe de buena gana. Uno, porque le había ganado, y dos porque, como siempre que salían ambos chicos a solas, estaba pasando un buen rato con él. Se detiene un momento, clavándole la mirada y sonriendo inocentemente- Aunque a Haru tampoco le molestaría ir a la casa de Kyo-kun y seguir jugando allá –sonríe casi desvergonzadamente. Ya casi era costumbre para ambos pasar en la casa del otro si no era en la propia, ya fuera para estudiar, comer dulces o simplemente pasar el rato. Y además debía admitir que una de las razones que más le gustaba de ir a la casa de Sagara era que le encantaba el sabor de todo lo que el de cabello color miel cocinaba para su hermana

Asintió con la cabeza en primera instancia, lo mejor sería comprar algo de beber- él ya tenía la garganta seca y no precisamente por haber bailado-. -Vamos entonces, aquí mismo debe haber una máquina de refrescos, según recuerdo- señaló hacia un lado, sorprendiéndose después cuando Haru le insinuó el que podían ir a su casa.

-A-a mi casa? - una serie de imágenes poco decentes cruzaron su cabeza, al saber que nadie estaría en su hogar a esa hora (su hermana con entrenamientos y sus padres saliendo a reuniones vecinales que siempre tardaban hasta más de media noche)-¡claro! ¡Es una buena idea también, Haru-kun!- cogió su mochila y se la echó al hombro empezando a caminar, esperando ser seguido de cerca por el castaño.

-Ahm, creo que tengo comida preparada, así que podrías quedarte a cenar ¿Qué opinas? -le sonríe, ya un poco más relajado y mete las monedas al sitio indicado cuando llegan hasta el mismo.- Podríamos ver una película o algo así, ¿no? Y claro, ¡jugar!-aunque no recordaba estar muy actualizado con juegos de pelea o cosas así, sus últimos ahorros los había gastado en su placer culposo, los pasteles.

-Eh... ¿qué quieres de tomar, Haru-kun?- él ya había presionado el botón de té verde, esperando a que el producto apareciera para tomarlo.

¿Cenar?¿y luego ver películas aparte de jugar?. Sonríe ampliamente. Para ser una ocurrencia que había surgido de la nada, el rubio siempre parecía que tenía las cosas listas para pasar el rato de la mejor forma posible

-A Haru le encantaría quedarse a cenar. Sobretodo si es la comida que prepara Kyo-kun!-ríe suavemente. A veces admitía para sí mismo que la comida del chico era una de las mayores razones por las que le encantaba visitar la residencia Sagara. Y sobre todo, amaba devorar los dulces que él preparaba.

Tenía sed, pero no sabía que bebida escoger. Se inclina un poco junto al chico para ver mejor las opciones. Se vuelve a su compañero y se le queda mirando fijamente un rato, como pensativo, hasta que momentos después dibuja una gran sonrisa en sus labios - Haru quiere una ginger Ale-desu! - sonríe, agradeciendo internamente la idea a la tonalidad dorada de los ojos del rubio.

El hecho de que 'indirectamente' le halagara por el cómo cocinaba supuso un sonrojo poderoso en las mejillas del menor de los Sagara. Por otro lado, la tensión y color en el rostro aumentó en forma exponencial cuando Haru se le quedó viendo fijamente. ¿Tendría algo en la cara? El castaño sonrió y el rubio no supo que hacer, hasta que le extendieron la orden para el refresco.

-A-ah..! ¡Lo busco ahora!- fijó su vista en el menú de elecciones y no sin dificultad encontró lo que el otro deseaba, picándole al botón y esperando que bajara por la máquina. Cuando estuvo a su alcance lo tomó y se lo pasó al que le esperaba- Aquí tienes, Haru-kun- después de ello emprendieron el camino a casa.

Caminaban tranquilamente, hombro a hombro, así lo había querido Kyo y trataba de mantener más o menos esa posición (?) mirándole de reojo en incontables ocasiones, sonriendo alegremente cuando regresaba la vista al frente.
No tardaron realmente mucho en llegar. Kyo dejó que el otro se introdujera antes que él a la casa y luego cerró. Al entrar se pudo apreciar una amplia sala al lado derecho del pasillo que conectaba los demás cuartos.

Recibió su gaseosa contento y se la empezó a beber de buena gana -A que no adivinas por qué a Haru le gusta la ginger Ale, Kyo-kun- rió de buena gana y agregó antes de que el otro siquiera alcanzace a articular palabra -es porque la ginger Ale a Haru le recuerda un poco como es Kyo-kun- ríe suavemente y continúa el resto del camino en silencio y con una sonrisa hasta ingresar a la casa del otro chico

Apenas entró respiró profundamente y dibujó una amplia sonrisa en su rostro. Era una cosa que le encantaba de la residencia Sagara. Siempre tenía aroma a dulces. Se sentó en el sofá. estirándose un poco para acomodarse a sus anchas, y luego respirando profundamente, casi suspirando, para acaparar mejor el dulce aroma

-Entonces, que quieres hacer primero Kyo-kun?- dice animado. Ya que estaban ahí podrían ver una película, aunque de buena gana se conformaría con ver la tele con él, Aunque todo dependería de lo que dijera el rubio