[Reto] Entre el bisturí y la pared

Dokuro Chrome dijo;
¿Así que quieres un reto pornoso? ¡Un reto tendrás! Te reto a pervertir a Tsuna con algún pretexto >:3

Bebía una taza de té mientras comenzaba el día, cuando encontró una carta que realmente le llamo la atención entre el resto. Era una carta de su viejo amigo Shamal quien le pedía, en resumen le pedía que fuera a Japón a hacerle un examen general al Decimo Vongola.
Se hubiera negado de buenas y primeras, ya que su especialidad era la muerte y no la vida, y no había cosa que le molestara mas que ayudar a los vivos. Pero al leer los datos o mejor dicho la edad del Decimo sintió una gran curiosidad y sin poder contenerse decidio que lo haría. De eso ya había pasado una semana. Habia arreglado sus trabajos pendientes y se había tomado un vuelo a Japón para conocer al famoso Decimo Vongola.
Acudió a la escuela en donde este cursaba ya que supuso que allí podría utilizar la enfermería, y tras presentase correctamente ante el director pidió que llamara al pequeño Tsunayoshi a la enfermería cuando estuvieran por terminar las clases. Así podría encargarse del niño en cuanto no hubiera gente, y de paso no interrumpiría los estudios de este.
Mientras tanto él se quedo en la enfermería de la institución junto con sus cosas a la espera de que el joven Tsunayoshi llegase.

Su cabeza peligraba con caer de su mano y ya estaba más en el mundo de los sueños que en clase de geografia cuando la campana de final de clase sonó, sobresaltándole. Miró a su alrededor algo nervioso por si alguien le habia visto hacer el idiota y se encontró con las sonrisas de Yamamoto y Kyoko-chan. Sonrió también avergonzado y empezó a recoger sus cosas con rapidez, deseando llegar a casa.

- Sawada, te esperan en la enfermeria para un examen de reconocimiento. No te demores.- dijo el profesor entonces.

-Qué? Ahora?! Por qué?!- se sorprendió. El hombre le regaló una mirada severa y se subió las gafas, haciendo que bajaso los hombros y la mirada.- Ah, d-disculpe, señor Takahiro.

Terminó de recogerlo todo y se echó la mochila al hombro, saliendo deprisa de alli pero relajando el paso una vez estuvo en los pasillos llenos de gente con suerte que se iba a casa ya. Dejó la mirada algo perdida mientras empezaba a preguntarse a qué vendria aquello. Entrecerró los ojos un momento suspicaz, diciéndose a si mismo que aquello debía ser cosa de alguno de los muchos locos mafiosos que conocia.

"Al menos espero que sea rápido..." pensó soltando un largo suspiro con los ojos cerrados mientras abría la puerta.

-Buenas tardes.- saludó resignado. Abrió los ojos y se sobresaltó un poco al ver el aspecto tan raro del hombre que le recibió. "IIH, lo sabia! Es otro loco!" pensó asustado- Disculpe, creo que... me he equivocado...- intentó escapar dando un paso atrás. Pero entonces se dio cuenta de algo y parpadeó, entrando y cerrando la puerta sin darse realmente cuenta de lo que hacia.-Un momento, Donde está el doctor Shamal?- quiso saber con una expresión más sincera y determinante.

Sentado tras un escritorio esperaba aburrido mientras que por algún motivo examinaba detenidamente su afiladas uñas, fue entonces cuando el joven Tsunayoshi irrumpió en el lugar saludando descuidadamente. Se acomodo en su lugar y respondió al saludo amablemente, al tiempo que el niño volteaba para irse. Se lo quedo mirando extrañado por un momento cuando este se volvió a él e hiso aquella molesta pregunta.

-¿El viejo?- Pregunto para si mismo -Valla uno a saber donde estará- Dijo despreocupado poniéndose en pie -Me pidió que me encargara de tu examen, ya que él no quería hacerlo- Explico alzando la carta que tenia sobre el escritorio -¿Eres Tsunayoshi-kun verdad?- Confirmo mirándole fijamente -Relájate, soy tan o mas buen doctor que el viejo de Shamal. No hay de que preocuparse- Finalizo sonriendole amablemente.

No esperaba que el Décimo Vongola fuera tan joven y no solo era joven sino que también era muy pequeño. Aunque bueno los japoneses no se destacaban por ser muy altos.

A pesar de la sonrisa agradable que tenia el otro en el rostro, que invitaba a cualquiera a confiar en él, una gota de sudor frio bajó por la sien del castaño cuando vio la carta del doctor Shamal. Sí, aquello era tranquilizador y también creible, ya que el doctor solía atender solo a mujeres.

Pero aun así, habia algo... Algo que sintió Tsuna cuando sus ojos se cruzaron con el otro, algo por lo que su intuición le decía que estuviese alerta.

"Pero no parece mala persona..."se dijo a si mismo, todavia algo temeroso cuando se acercó a él.

Además, si era amigo de Shamal... Entonces que había sido eso que había sentido antes? Quizás producto de su imaginación, aunque esa respuesta no le convencía mucho todavía.

Dejó su mochila en una silla todavia mirándole con aprensión y se quitó el chaleco de lana del uniforme quedándose en manga de camisa, sabiendo que el médico solía pedírselo para auscultarle el pecho.

Volteó y se sentó en la camilla, entrelazando sus pies y juntando las manos sobre el regazo algo nervioso. Aquellos exámenes no le gustaban nada de por sí, pero que el médico fuese nuevo era peor. Pensó en entablar una conversación para relajarse. Quizás así también se le pasaba aquella sensación de desconfianza.

- Eh... Estudió medicina con el doctor Shamal?- preguntó con cortesía, acariciando de manera distraida el anillo Vongola. Dejó la mirada perdida y se rascó un poco la nuca, encogiendo los hombros un poco y forzando una sonrisa.No sabia que me tocaba examen hoy... La verdad es que pasé uno la semana pasada.- reconoció.

Sonrió aliviado al notar que el pequeño cedía y le ayudaba comenzando por quitarse los excesivos de ropa el solo. Le dio la espalda y busco en su viejo maletero medico de madera para sacar de el su fonendoscopio y colgárselo del cuello. Al volver a voltear le niño ya estaba bien sentado sobre la camilla.
Debía de ser amable con él para que se relajara, no seria un chequeo rápido, sino mas bien uno intensivo para buscar cualquier clase de daño ocasionado por las batallas que él habría librado a lo largo de esos años. Y conociendo a Shamal como lo conocía estaba seguro de que nunca había atendido apropiadamente al Décimo Vongola. Podía encontrarse con cualquier cosa cuando lo examinara.
Estaba por comenzar una charla de rutina cuando el niño lo hiso por el. Suspiro una sonrisa y se acerco prácticamente invadiendo el espacio personal del niño para desabrocharle los botones de la camisa lentamente y delicadamente colocarse el fonendoscopio apropiadamente.

-No es un examen cualquiera- Dijo concentrado en los latidos del niño -El Noveno le pidió a Reborn que le enviara un chequeo completo tuyo- Desplazo el frio objeto metálico por el pecho del niño aun concentrándose a fondo en su trabajo -Respira profundo- Se quedo en silencio un momento -Ahora exhala- al pasar unos segundos se alejo del niño y fue hasta su mesa para dejar anotado lo que acababa de oír -Pero ya sabes cómo es Shamal, así que yo termine aquí- Se arremango un poco las mangas de la bata y también las de su remera y luego volvió a mírale -¿Podrías quitarte la camisa por completo?- Pregunto finalmente con una sonrisa amable

La mención del Noveno le hizo parpadear de la sorpresa y relajarse considerablemente. Si aquello era cosa del Noveno no tenia nada que temerle a ese hombre, debía ser de su confianza.

Asintió entonces sonriendole un poco e hizo lo que él le pedia, aunque se estremeció cuando aquel aparato helado tocó su piel.

Entonces se dio cuenta de otro detalle. Si aquel médico conocía al Noveno...

- Entonces usted también está relacionado con la mafia?- preguntó mirándole con más curiosidad.

El otro se separó de él entonces y fue a tomar apuntes. Tsuna bajó de la camilla y tomó su jersey para vestirse de nuevo, pero entonces le pidió.

-Uh...Claro.- contestó algo incómodo. Desde que Genkishi le dejó aquella cicatriz en X cruzándole toda la espalda solia evitar desvestirse delante de otros.

Por eso ni siquiera volteó cuando empezó a desabrocharse los botones mirando al suelo cuando la los tuvo sueltos volvió a sentarse en la camilla, deslizando la camisa por sus finos hombros hasta que cayó en la cama también. Ahora notaba sus mejillas algo encendidas y seguia mirando al suelo algo nervioso por el típico pudor adolescente de verse expuesto delante de otros además del que provocaba siempre estar en el médico. Solo esperaba que no tuviese que pincharle, porque las agujas le daban pavor absoluto y seguro quedaria como un idiota delante de un amigo del Noveno.

- Mmm... son muchas pruebas?- quiso saber queriendo irse a casa ya.

-Desgraciadamente trabajo para mafiosos la gran mayoría del tiempo- Contesto a la pasada pregunta dándole lugar al niño a que se desvistiera.

Hiso unas que otras anotaciones más en sus papeles y luego busco en su maletín algunas cosas más que usaría seguramente pronto.
Su relación con la mafia era de lo más extraña. Ya que había sido criado por una bruja loca que trabajaba para mafiosos se había acostumbrado a verlos a menudo. Pero en cierta forma siempre les había desagradado, aunque por otra parte el era un tipo algo solitario y mucho no le agradaba la compañía de nadie.
Volvió a acercarse y se paró a un lado de este indicándole con la mano que se pusiera de lado para que pudiera escucharle con el fonendoscopio en la espalda escuchando la pregunta.

-Sera un examen completo, pero no te preocupes si para el anochecer no termino podrás irte a casa y continuaremos mañana- Sonrió amablemente -¿Mm?- Miro extrañado la espalda del menor al notar aquella cicatriz -¿Cuando te hiciste esto?- Pregunto analizando la forma de la marca y también su profundidad acariciando suavemente la piel del niño con la yema de sus dedos -Te preparare un ungüento para esto, así sanara poco a poco- Murmuro volviendo a acomodarse el fonendoscopio para ponerlo en la espalda del niño -Necesito que inhales, mantengas la respiración y luego exhales- Comento concentrado en lo que escuchaba -Continuamente- Explico extendiendo su mano libre hacia el pecho del niño sosteniéndole de allí con sus tibios y largos dedos para que estuviera bien sentado y así controlar los movimientos de su pecho

Aquel doctor no parecia complacido de trabajar para la mafia y Tsuna se sentía cada vez más cómodo con él. Se sintió culpable por haber dudado tanto de él, la verdad.

Se giró como le indicaba, aunque se sonrojó cuando el otro descubrió aquello que queria ocultar. Irguió y tensó la espalda al sentir sus dedos tocando aquello y por un momento aquel cruel espadachín volvió a invadir su mente, alterándole un poco.

- Hace un par de meses...- contestó, girando la cabeza hacia él - Gracias.- le sonrió agradecido y esperando que ese ungüento la borrase del todo por fin. Aunque Bianchi le dijo una vez que las cicatrices que dejaban heridas hechas con auténtico odio no sanaban jamás.

Volvió a mirar al frente notando un escalofrio por su espalda al sentir de nuevo el fonendoscopio helado y se acaricio un poco su brazo izquierdo, mientras dejaba la mirada perdida y hacia lo que el otro le ordenaba. Se sobresaltó un poco al ver aquella mano repentina invadir su espacio y nervioso bajó los brazos de nuevo, sintiéndose extraño cuando la cálida mano se posó con firmeza en su pecho. Bueno... era médico, no debía darle muchas vueltas a las cosas que hacia, verdad? Aquel mal presentimiento del principio habia sido solo una rara paranoia, después de todo.

-Podria decirme su nombre, doctor?- pidió buscando sentirse más cómodo con el otro. Al oirse a si mismo preguntar aquello tan poco convencional a un doctor sonrió nervioso.- D-disculpe, es que me siento algo incómodo sin saber cómo debo llamarle. Aunque supongo que doctor estará bien...- murmuró avergonzado bajando la cabeza un poco pero intentando no prestar atención a la mano ajena.

Sintió escalofrios de nuevo y suspiró, recordando su cama y lo bien que estaria allí en aquel momento. Lanzó una rápida mirada hacia la calefacción, pero la pequeña luz roja que indicaba que estaba encendida estaba apagada.

-Disculpe, podría encenderla?- pidió con timidez.

"Parezco un quejica..." se arrepintió momentos después, sonrojándose.

Le notaba el corazón ligeramente alterado y eso le hacia reír por dentro, mas aun así prefirió continuar comportándose como un buen doctor y hacer una ligera precio con la puta de sus dedos en el pecho del joven castaño mientras que deslizaba el fonendoscopio por la espalda del niño.

-Oh lamento no haberlo dicho antes- Contesto distraídamente agachando la cabeza hacia el cuerpo del niño sin darse cuenta que sus cabellos están rozando con la piel de este haciendo que esta se erizase -Mi nombre es Beckett, Nathe Beckett- Murmuro casi al oído del niño cálidas palabras, luego rio ligeramente y continuo -Puedes decirme como gustes Decimo Vongola-

Deslizo su mano hasta su tórax y presiono suavemente buscando alguna clase de lesión no visible hasta incluso alguna fisura en alguna de sus costillas. Terminado eso se alejo de la espalda del niño y se paro frente a él predispuesto a revisar sus ojos y demases cuando escucho la extraña petición, miro al niño algo confundido por un minuto y luego miro detrás de el pensando en que querriria que encendiera, lo único que alcanzo a ver que pudiese ser encendida fue la calefacción. Volvió su rostro al del niño aun invasivamente cerca y cuestiono:

-¿Tienes frio?- Pregunto extrañado posando una de sus manos sobre la frente del niño sin notar anomalía alguna -Claro...- Acepto finalmente algo dubitativo alejándose del niño para encender la calefacción pasándose de temperatura adrede -Ahora continuemos- Propuso sacando de su maletín un antiguo tensiómetro, envolviéndolo en el brazo del niño para tomarle la presión -¿Que tal es la vida de estudiante de secundaria y Decimo Vongola?- Pregunto solo por entablar una conversación con tal de relajarle -Debe de ser dura ¿Verdad?-

Se habia distraido tanto con aquella mano que le presionaba que se sobresaltó sin poder evitarlo al sentir el rocé de su cabello contra la piel desnuda y las palabras en su oído. Él mismo notó como su propio corazón se habia acelerado ligeramente y carraspeó intentando relajarse o el otro lo notaria, si no lo habia notado ya.

- Si no le molesta yo preferiria que me llamara Sawada o Tsunayoshi, doctor Beckett.- contestó girando un poco la cabeza para mirarle mientras removía más sus manos por los nervios. Nunca le habia importado que usasen su titulo vongola para llamarle, Gokudera por ejemplo lo hacia a diario y él simplemente se habia resignado con aquellos asuntos. Pero el doctor Beckett era todavia un extraño para él y se sentía raro si le llamaba así.

Ahora que se daba cuenta, ni siquiera se habia escandalizado por el hecho de que el médico supiese quien era, habia hablado tranquilamente de la mafia y su relación con el Noveno y el doctor Shamal como si fuese lo más normal del mundo.

"Eso no debe ser bueno..." se resignó suspirando un poco.

Hizo una pequeña mueca cuando empezó a presionarle mas por ciertos puntos y se removió separando las manos y dejándolas descansar en la camilla. Sus ojos se encontraron con los del doctor cuando se puso frente a él y aquel presentimiento de que habia algo raro en el hombre volvió a invadirle. Asintió con la cabeza encogiéndose un poco sobre su mismo al tenerle tan cerca y luego vio como iba a encender la calefacción, preguntándose que demonios era aquella sensación de peligro cuando le miraba a los ojos, si era evidente que era buena persona. Quizás debia preguntarle por él a Reborn, se sentiria más tranquilo escuchándolo de la boca del arcobaleno...

Porque ahí estaban una vez más las palabras agradables y pacificas para confundirle más y demostrarle que no debía de fiarse de su instinto siempre aunque Reborn le solía decir lo contrario. Pero no se merecia el doctor Beckett un punto de confianza?

-Pues... Mi vida de estudiante siempre fue algo dura.- reconoció riendo un poco y llevándose a la nuca la mano libre. Luego cerró un ojo en una leve mueca al sentir como aquel aparato le presionaba el brazo, pero intentó aguantar.- La verdad es que nunca quise formar parte de todo esto...- reconoció sincerándose un poco con él, apartando la mirada algo sonrojado.-Es un mundo peligroso y aunque intento proteger a mis amigos cuanto puedo no siempre soy capaz de hacerlo...

Con aquel pensamiento volvió a bajar la cabeza y apretó ligeramente las sábanas de la camilla.

-Pero por otro lado, si no me hubiese encontrado con Reborn jamás habria conocido a personas que ahora considero de mi familia.- acabó sonriéndole.

Sonrió al notar que estaban entrando en una cierta confianza ya que el joven le llamaba por su apellido y le pedía que no le llamara por su titulo. Miraba el objeto con el que trabajaba mientras que escuchaba las palabras del niño. A decir verdad debía de haber sido una vida dura, aun era un niño y ya había librado quien sabe cuántas batallas. Hasta donde se había enterado sabía que había enfrentado a Xanxus y había ganado. Y eso ya era algo que se debía de reconocer. Aunque la herida de su espalda había sido hecha seguramente por espadas por su forma y profundidad.

Desenfundo el brazo del niño y dejo el tensiómetro sobre el escritorio.

-Eres un niño muy fuerte- Le dijo con una gran sonrisa en labios volteando para desordenarle el cabello amistosamente -Y valiente. Lo estas haciendo muy bien- Agrego riendo suavemente para volver a alejarse del niño y tomar de su maletín una pequeña linterna -Se nota que trabajas duro por la gente que quieres-

Alagas... Pff La manera más vieja y trillada de conquistar aunque bien una de las mas eficaces.

-Para ser un niño de quince años- Adivino su edad aun sospechando que seguramente tendría dieciséis-Pareciera que llevas un gran peso en tus hombros- Comento mirando a lo profundo de aquellos castaños ojos -Ahora bien, necesito que mires hacia arriba- Pidió encendiendo la linterna y acercándose a su rostro -Se que los japoneses no están acostumbrados a que la gente se les arrime tanto- murmuro a una escasa distancia del rostro ajeno -Pero no tienes por qué estar nervioso solo es un examen- Continuo tomándole de una mejilla con delicadeza acariciándola seductoramente con la excusa de que alzara la cabeza para que le pudiera ver mejor –Solo busca un punto en el techo y mira fijamente hacia allí- Explico con una amable sonrisa encendiendo la lámpara para iluminar de lado el ojo del niño, acercando su mano libre para examinar los ojos del pequeño Tsunayoshi

No se esperaba la acción amistosa y confiada del otro y cerró un ojo cuando le revolvió el cabello, sonrojandose más.

- No es cierto, no soy valiente y mucho menos fuerte.- Sonrió modesto por sus palabras, encogiendo los hombros, no gustándole mucho que le llamara niño, pues ya era un hombre o al menos él se consideraba como tal. Igualmente decirlo habria sido de mala educación y ya se estaba pasando un poco con las peticiones y palabras al doctor.

Pero cuando le tomó de la mejilla y le hizo mirar arriba, provocándole aquel suave cosquilleo con sus dedos, él mismo se resignó a la idea de que seguia siendo un niño. Un adulto no se habria puesto nervioso ni alerta con ese simple movimiento del doctor y mucho menos se hubiera sonrojado. Pero Tsunahabia tenido que dejar la mirada fija, sin parpadear ni un poco,en un punto lejano mientras intentaba concentrarse en que aquello debía ser algo natural entre paciente y médico. Pero aaah... le daba tanta vergüenza sentirse tan observado y estudiado en aquellos exámenes...!

- IIh!- se quejó cerrando el ojo que iba a mirar el otro de golpe por puro instinto cuando le iluminó, cubriendose tambien la cara. Cuando se dio cuenta de lo que hizo deseó morirse de la vergüenza.- Ah...Lo siento mucho!- se retiró las manos irguiendo la espalda más y volvió a mirar al techo fijamente, nervioso, pero los ojos le empezaron a escocer por haberlos mantenido antes tanto tiempo sin parpadear y uno,el que habia intentado revisar Beckett, empezaba a lagrimearle.

Cuando se dio cuenta de que algo recorria su mejilla y se sobresaltó de nuevo, mirando ahora al doctor mientras se apresuraba en secarse con la mano.

- Lo siento otra vez...!- se disculpó bajando ahora la cabeza e inclinandose un poco en una postura de disculpa- Después de lo que me ha dicho ahora debe pensar que soy un fracaso realmente!- se lamentó de manera dramática. Pero así lo veia él, como iba a creer aquel chico que era fuerte o valiente si no era capaz de dejarse revisar la mirada solo porque le daba repelús que le tocaran los ojos?

Comenzó a reír divertido por las reacciones del niño, dándole un mínimo espacio a que se mueva con tranquilidad.

-Para nada Tsunayoshi-kun- Dijo aun riendo suavemente, tomándole del mentón para que le viera y con la otra mano limpiando cualquier rastro de la salina sustancia que quedara en el -Hasta el más fuerte muestra sus debilidades ante un medico- Le sonrió amablemente para que se tranquilizara -Dejaremos esto de la luz de lado ¿Quieres?- Pregunto como si le hablara a un pequeño niño y dejo su linterna a un lado mirándole a los ojos con simpleza -Eh estado notando que estas tenso- Comento mientras examinaba uno de sus ojos simplemente mirándole fijo -Me refiero a, no solo en este momento, sino que estas sufriendo de hipertensión arterial- Explico acariciando con delicadeza su mejilla para luego rodear uno de sus ojos y estirar sus parpados hacia arriba y hacia abajo -Y es ciertamente alarmante para un niño de tu edad sufrir de esta condición. Aunque tampoco es algo que sorprenda tanto- Se alejo un poco de su rostro para que ambos se miraran -Después de todo, eres el Decimo Vongola, cualquier persona estaría tensa de saber que lo es- Le dio la espalda para volver a sus apuntes en el escritorio y comenzó a escribir en ellos mientras hablaba con él al mismo tiempo -¿Tienes pareja o algo Tsunayoshi-kun? Las parejas suelen ser una buena terapia. Ya sabes- Agrego con una sonrisa cómplice mirándole de reojo.

Sonrió con nerviosismo ante su comprensión, bastante aliviado aunque no se le notara cuando soltó la luz. Era una persona tan agradable que cada vez se sentía mas culpable de haber dudado de él.

Abrió los ojos asustado al escuchar el diagnóstico, que no sonaba nada bien a su poco conocimiento de medicina.

- Hy-hypertensión arterial?! - repitió alterado de nuevo, dándole en parte la razón. Pero como no iba a estar tenso, si se habia pasado meses enfretándose a gente que le queria matar y Reborn disparándole en la frente?

Sintió la mano del otro y notó sus mejillas arder, aunque más bien sentía el sopor por todo su cuerpo, como si el ambiente en general se estuviese caldeando. Al menos ya no sentía frio pero eso tampoco le tranquilizaba. Y si era por la hypertensión?! Oh, dios! Iba a morir!

- Es por estas cosas que no quiero seguir en la mafia!- se quejó de nuevo amargado tocándose el pecho, como si temiera un ataque al corazón. - No puede darme alguna medicación? - pidió.

Su última pregunta le cogió por sorpresa y su sonrojo se acentuó todavia más.

- Ah, pues... La verdad es que no tengo...- aseguró sonriendo con vergüenza frotandose la nuca.

"Que significa ese 'ya sabes'?" pensó alarmado y con más vergüenza aun creyendo entender el significado pero ignorándolo todo lo que pudo su joven mente hormonal. Y además aquel calor no ayudaba ahora!

- La verdad es que no soy muy popular en clase.- reconoció. Soltó una risita nerviosa.- En san Valentin por ejemplo nunca recibo nada y mis amigos tienen montañas de chocolates.- se referia sobretodo a Yamamoto y a Gokudera, aunque tambien habia visto la taquilla de Hibari llena. - Bueno, el año pasado recibí una cajita, pero sospecho que fue Gokudera en secreto para que no me sintiera mal o algo. - sonrió para si mismo, recordando aquello que aunque le hacia sentir más patético también se sentia agradecido a su amigo por preocuparse.

Cuando se dio cuenta de que estaba hablando mucho de cosas que quizas no interesarian al médico parpadeó y apartó la mirada, apretando de nuevo las sábanas de la camilla.

- Usted seguro era más popular de joven- negó con una mano al ver que eso sonaba algo mal.- Bueno... no quiero decir que ahora no lo sea...! Me refiero en el instituto.- se apresuró a añadir.

Rio por lo bajo al escuchar al preocupado adolescente, siquiera tendría idea de lo que era la hipertensión, aunque mejor así que no lo supiera. Realmente no sufría de dicho trauma, aunque bien sufría de un estrés alarmante.
Futuro líder de la mafia más famosa y en su escuela apenas le prestaban atención, era realmente gracioso, las personas de las que menos uno se espera algo tienden a hacer cosas increíbles.
Se acerco nuevamente al niño aprovechando que estaba sentado hablando para hacer una pequeña revisión a sus reflejos, acomodando sus piernas y golpeando con delicadeza sus rodillas con un pequeño martillo de goma, siempre procurando no interrumpirle para que se mantuviera relajado.
Sintió al fin el ambiente calentarse, hacía rato ya que percibía su propia nariz cálida, pero ahora el calor se hacía notar. Suspiro interesado de ver como se tornarían las cosas ahora que el ambiente se volvía poco a poco sofocante.

Lo miro extrañado y aun divertido cuando dijo que su amigo le había dado un regalo de San Valentín. Recordó muchas de las experiencias vividas en su adolescencia junto con Shamal y no pudo evitar sonreír de lado al hacerlo. Los siguientes comentarios le sorprendieron, bueno cuando él tubo la edad de Tsunayoshi aun estaba en casa de su tutora descuartizando todo cuanto se le cruzaba aprendiendo medicina de la forma difícil. Aunque al abandonarla y comenzar la universidad la vida floreció tanto para él como para su fiel amigo Shamal.
Aunque lo que más importaba en todo ese palabrerío era que el joven le había dicho "no quiero decir que ahora no lo sea" eso era claramente una mínima indirecta. No estaba seguro de si lo decía por gentileza, pero algo le decía que era lo que realmente pensaría.

-Todos tienen su momento de florecer Tsunayoshi-kun, algunos antes y otros después- Murmuro mirándole a los ojos -Tengo aquí algo que podría ayudarte con lo de la hipertensión, mas aun así te recomendare que te relajes mas y en lo posible que te masturbes al menos dos veces a la semana, eso debería de mantenerte relajado- Explico con una amable sonrisa dándole la espalda para buscar en su botiquín

Mantuvo la calma mientras que se preparaba para escuchar lo que seguramente sería un escándalo del niño, mientras que buscaba algunos medicamentos y polvos moliéndolos juntos en un pequeño mortero de marfil hasta unificarlos en un polvillo. Busco un vaso de plastico del dispenser cercano y lo sirvió diluyendo el polvo allí.

-Bébelo- Dijo al niño entregándole el vasito -Es para la hipertensión- Explico con una amable sonrisa

Mientras el médico comprobaba sus reflejos él todavía se lamentaba por haber dicho algo así. Aunque estaba visto que los adultos no se tomaban aquellos comentarios igual que lo hacian los adolescentes, porque el hombre no le dio mayor importancia y le contestó con normalidad. Asintió con sus palabras, sin dejar de mirarle hacer y cuando sus ojos se encontraron le sonrió agradecido. Por todo, realmente.

Pero lo siguiente le descolocó por completo. Se tensó y el calor volvió a lamerle cada rincón de su rostro.

- Masturbarme?!- exclamó. Pero de qué hablaba?! Cómo le decia aquello de esa manera tan tranquila?! Acaso pensaba que le daria menos vergüenza por hacerlo asi?!-Pe-pero eso no es algo que alguien pueda hacer por medicación!

Se mordió el labio pensando en ello. Dos veces por semana, habia dicho. Él... se masturbaba a veces... Pero cuantas?! No era como si llevara la cuenta! Y hacerlo aunque fuese por medicación le parecia algo pervertido y surrealista.

- Gracias...- tomó el vaso que le daba y lo bebió, primero un trago corto y después tomándolo de golpe. Le devolvió el vaso, bajando la mirada.- Yo... creo ser capaz de...hacer eso como tratamiento médico.- reconoció sin poder evitarlo, ya que se trataba de su salud después de todo. Y un médico siempre respetaba la intimidad del paciente, verdad?- No es como hacerlo por gusto o necesidad...- le miró más avergonzado, abrazándose a sí mismo un momento y notando lo caliente que se sentía su cuerpo con aquella fuerte calefacción.

-Eres la primera persona que escucho decir que solo se masturbaría por medicación- Comento entretenido jugando con el baso en sus manos -Los japoneses son realmente extraños- Dijo frunciendo las cejas.

Sabia de por si que seguramente se pondría nervioso con aquel tema, pero vamos! Era un gran doctor, calificado y certificado. Forense claro, pero doctor al fin. Y era de saber que los japoneses eran muy tímidos. Lo bueno en todo aquello era que había hecho que tomara la "medicación" sin rechistar ni preguntar siquiera cuales eran los compuestos de dicha mezcla. A él le gustaba llamarla "la pócima" aunque degustaba mas al describirla como "la mezcla perfecta de ingredientes capaces de encender hasta el mas frió corazón" claro que le había dado una mínima cantidad, solo lo suficiente como para incomodarle un poco mas y marearle lo necesario como para poder "atacarle". Ahora solo seria cosa de continuar hasta que las cosas se pusieran interesantes.

-Ven por aqui- Pidio acercandose a una ventana del cuarto donde se encontraba una balanza -Vamos a pesarte y medirte- Explico tomando su tabla rigida para tener sus notas a mano

Se ralamió un poco. Se le habia quedado algo de sabor como a fresa o frutos rojos en la boca con aquella bebida, pero sentía que ya se encontraba mejor; claro que seguramente seria algo psicológico, ningun remedio actuaba tan deprisa.

- No dije que solo lo haria por eso!- se apresuró a decir muy cortado de que el otro creyese aquello.

Y no era como si notase de nuevo sus mejillas encendidas, pues hacia rato que notaba todo su cuerpo caliente y algo sofocado. Después de soltar su queja sintió un ligero mareo. La hiperventilacion?! O no, estaba más enfermo de lo que creia! (se refiere a la hipertensión)

La llamada del otro la sintió algo lejana, suave... Asintió y tragó saliva con aprensión, levantandose lentamente e intentando tranquilizarse. Caminó despacio hacia él y se tambaleó un poco al subir a la balanza. Miró los números y la flechita que se movió y se sintió repentinamente algo soñoliento.

-Mmm...- se quejó, aunque sonó parecido a un ronroneo. Miró al otro esperando a que le dijese que más hacer pero entonces se sorprendió a sí mismo cayendo practicamente en sus brazos. Por suerte se llegó a agarrar de sus hombros pero ahora le miraba más rojo y avergonzado.- Disculpe...- se quedó un momento mirándole y luego carraspeó y se apartó, nervioso.

- Falta mucho? No me siento muy bien...- confesó, tomando aire lentamente y soltandolo mientras dejaba la mirada perdida.