[FCH] Best Halloween Ever

Byakuran iba y volvía, buscaba imágenes se las enseñaba y le pedía que se vistiera como las personas de las imágenes para luego examinarlo meticulosamente y terminar por continuar buscando. Myaku por su parte obedecía a su padre a cada solicitud, aunque de cierta forma estaba cansado de aquellas tonterías ya que no comprendía el punto de todo aquello hasta que al fin su padre contesto a su encima pregunta de por qué le vestía de aquellas extravagantes maneras

-Porque es Halloween mi querido Myaku-kun- Rio Byakuran contento examinándole de arriba a abajo. Más aun así el alvino no parecía estar comprendiendo mucho cual era el punto -En Halloween las personas se disfrazan de cosas divertidas y piden dulce o travesura, o asisten a fiestas como nosotros- Comento alejándose a buscar otra imagen.

¿Una fiesta? ¿Irían a una fiesta? Miro hacia los lados confundido por todo aquello y pensó en donde estaría Shoichi. Desde que el había viajado al pasado, el niño en el que se había convertido su anterior amante parecía evitarle de cierta forma. El intentaba ignorar el dolor que aquello le ocasionaba, ya que conocía a Shoichi y sabía que le avergonzaba saber que sería de su futuro con él, sin contar con todo lo demás que había vivido el pelirrojo por su cuenta. Debía de estar confundido y ciertamente avergonzado por ello. Más aun así el alvino se sentía solo sin el pelirrojo cerca. Y sentía que le necesitaba en todo momento. Hablo con Byakuran pidiéndole permiso para ir en busca del niño y tras recibir la aprobación del menor salió corriendo de la mansión de Uni-sama para invocar su caja de arma de la niebla y sin preocupación por lo que las personas normales pudieran llegar a ver desplegó un par de alas y voló guiado por su mascota hacia Namimori, donde el joven Shoichi viva.

Desde que todos aquellos recuerdos vinieron a su mente no podía dejar de pensar en ello. En todo lo ocurrido, en la gente que conoció en el futuro e incluso en todas las cosas que habían pasado, sobre todo con cierto albino que tenía gran parecido con Byakuran. El tan solo recordarlo hacía que sus mejillas enrojeciesen, no esperaba que algo como eso fuese a suceder...bueno, ahora ya no, o al menos no del mismo modo ya que las cosas habían ido cambiando en el presente, pero era todo tan extraño.

Se había cruzado un par de veces con el albino y este no parecía nada distinto a como era en sus recuerdo, ¿por qué seguía teniendo el mismo aspecto? Creía que al volver este sería más pequeño pero no parecía ser de ese modo y eso le confundía un tanto más de lo que ya estaba, era por ese mismo motivo por el que le había evitado todos esos días pero ahora...se sentía un poco culpable por ello, ya que al menos debería de haberle dicho algo. Después de todo se conocían y no quería hacer sentir mal a este por cosas que aún no habían ocurrido. Suspiró un poco, sentando sobre la cama de su cuarto y mirando levemente hacía la pantalla encendida de su ordenador. Se acercaba el halloween y como siempre no tenía ningún plan para esa noche, aunque en esta ocasión le habría gustado tener algo que hacer, pero se sentiría con pedírselo a los demás si estos ya tenían planes.

Aterrizo en medio de una desierta calle nocturna junto con su esponjosa oveja de la nube, deshizo las ilusorias alas y comenzó a caminar junto con el pequeño animal. Escuchaba sus propios pasos resonar a lo largo de la calle mientras que miraba distraídamente aquel ambiente residencial tan tranquilo y normal. Envidiaba de alguna forma a aquellas personas que Vivian ingenuamente vidas normales, que tenían casas y asistían a sus trabajos todos los días, que se encontraban enamoradas, que Vivian sus vidas como divertidas novelas escritas por los autores más elocuentes.
Sabía que se estaba anticipando después de todo la fiesta de Halloween en la mansión del tal Cavallone no sería hasta el día siguiente, pero si quería tomar el vuelo tendría que salir al otro día al mediodía para llegar bien. Así que era preferible ir con el pequeño pelirrojo cuanto antes.
Escucho a su pequeña mascota balarle desde la entrada de una casa y se acerco a paso tranquilo hasta allí.

-¿Es aquí?- Pregunto aun sabiendo que el animal no le hubiera guiado a otro lugar.

Se paro frente al pequeño paredón de la entrada y toco el timbre de la casa. Ahora que lo pensaba debían de ser las diez de la noche mínimamente y el estaba yendo a casa de un niño de ¿Cuantos? ¿Doce años? un treinta de octubre para pedirle que fuera con él a Halloween. Sonaba a una total locura, por sobre todo por el hecho de que no sabía cómo se lo tomaría la familia del niño al verle.
Empujo a la oveja a un lado con un pie para que nadie la viera justo a tiempo de que una mujer pelirroja asomaba a la puerta

-Hola...- Dijo algo anonadado mirado a la mujer -Estoy buscando a Shoichi- Murmuro notando el gran parecido de la mujer con el del niño.

Sin más la mujer entro en la casa en busca del niño, dejando al albino algo nervioso fuera del hogar.

Miraba diferentes páginas de manera aburrida, acababa de abrir una cuando al poco tiempo abría otra e iba mirándolo todo pero mirando nada a la vez, ya que no estaba buscando algo en específico y tampoco es que tuviese que hacer un trabajo. Estaba aburrido, escuchaba desde su cuarto de vez en cuando las alegres risas de su hermana y una de sus amigas que habían quedado para salir esa noche. Le ofreció el ir con ellas pero no quería molestarlas; además de que no conocía a las amigas de su hermana tanto como para ello y se sentiría demasiado avergonzado como para poder decir alguna palabra, así que tan solo le dijo que no tenía ganas de salir, aunque estuviese mintiendo. Pero era normal en él el no salir de casa, así que no le pareció algo tan raro a la pelirroja después de todo.

Escuchó el timbre de la puerta y pensó que se trataría de otra de las amigas de su hermana, así que no se tomó la molestia de dejar lo que hacía, pero le sorprendió un poco el escuchar como su madre tocaba a la puerta poco después de abrir la de la entrada. -Shoichi, un amigo tuyo a venido a buscarte- El menor se extrañó un poco, parpadeando un par de veces se quitó los cascos y cerró la pantalla de su ordenador, pensando que se trataría de Tsuna o alguno de los chicos; al menos hasta que al levantarse para ir a recibirle escuchó de nuevo a su madre. -No me lo habías presentado antes, es muy apuesto- La mujer sonrió de manera alegre mientras que su hijo se sonrojaba un poco y salía algo más deprisa hasta llegar a la entrada, pensando que se trataría de alguno de los dos albinos que conocía. Pero al ver en la puerta a Myaku enrojeció del todo.

-¿Q-Qué haces aquí?- No sabía muy bien que decirle al...¿mayor? La verdad es que era la primera vez que le encontraba cara a cara y se paraba a hablar con él desde que todos esos recuerdos vinieron a su mente. Juntó las manos algo nervioso y al ver como tanto su madre como su hermana le espiaban un poco para saber que ocurría tomó al albino de la muñeca y salió con él a la entrada, cerrando la puerta tras de si. -Pensé...que no sabías donde vivía- En cierto modo se sentía feliz de verle de nuevo y poder hablar pero sus nervios le hacían no razonar con tranquilidad y eso no ayudaba en nada.

Se sintió algo extraño al entrar en casa del menor, la amabilidad de su madre y las intrigadas miradas de la que seguramente sería la hermana del niño eran... algo incomodas, así también como acogedoras. Le daba la sensación de que aquel ambiente debía de ser normal y típico en las familias. Espero en el recibidor tal y como la señora Irie le había dicho. Estaba nervioso aunque se viera cerio a simple vista. Había dejado a su pequeña oveja fuera ahora que lo pensaba y esperaba que esta no se enojara, para ser una caja de arma era muy temperamental.
El pelirrojo aparecido y tan pronto como sus miradas se cruzaron su rostro se puso igual de carmesí que su cabello, él no era excepción su ¿ex amante? De niño era realmente adorable, no exactamente por qué de adulto no lo fuera porque de adulto era increíblemente atractivo, pero de niño era simplemente adorable. Se sonrojo levemente y murmuro un saludo apero antes de que pudiera continuar el niño lo tomo de una mano para sacarlo de la casa. Siguió extrañado los pasos de este saludando por lo alto a su madre y hermana que seguramente estarían viendo aquella escena. Salió de la casa junto con el niño y se paro frente a este.

-No... No lo sabía- Contesto a pesar de que hubiera preferido comenzar la charla de manera más sofisticada -Necesite algo de ayuda para llegar- Comento frunciendo las cejas algo frustrado por tu propia torpeza

La pequeña oveja correteo hacia ellos y se paro frente al pelirrojo olfateándolo intrigada.

-Nebbia no hagas eso- Se quejo el albino mirando al esponjoso animal

La oveja al reconocer el aroma del pelirrojo dio algunos saltos y comenzó a corretear alrededor del niño mas contenta de lo que Myaku jamás la había visto. Parecía un perro de lo feliz que estaba el pequeño animal. Cambio de forma gracias a su poder ilusorio y se encogió hasta no tener más que quince centímetros, parándose en dos patas como si suplicara al niño que la alzara en brazos.

-Nebbia no- Gruño el albino nervioso -Lo-lo siento Shoichi-san no... No suele ser así- Se apresuro a disculparse agachándose para tomar al ahora minúsculo animal con amabas manos. Aunque este se moviera hacia todas partes tratando de soltarse del agarre de su dueño para ir con el joven pelirrojo

Al ver el leve sonrojo del mayor en su rostro y escuchar que no sabía donde vivía se extrañó un poco. Si no sabía donde estaba viviendo no se explicaba como es que había podido llegar hasta allí, pues a pesar de que hubiese preguntado la dirección a alguien le habría sido un poco difícil localizarlo, más que que nada, porque no mucha gente del vecindario conocía su nombre completo, claro que el apellido de su familia si, por lo que no le dio más importancia de la que tenía. Iba a preguntarle cuando vio como un animalito, una oveja para ser más exactos, se acercaba hasta él y le olisqueaba un poco. Al principio no reconoció a ese animal, pero cuando esta comenzó a brincar en círculos a su alrededor la recordó, aquella era la caja animal de Myaku. Sonrió de manera divertida por su comportamiento, queriendo agacharse para acariciarla pero el albino no le dejó oportunidad pues la tomó entre sus manos.

-No...no me molesta, quería acariciarla un poco- Dijo mirándole con una leve sonrisa, aunque puede que la hubiese alejado de él porque estuviese molesto, no le culparía si fuese de ese modo, después de todo se había portado mal con él y era lo mínimo que esperaba, pero ahora que estaba frente a frente con el albino quería poder arreglar las cosas. -Siento haberme portado de ese modo contigo todos estos días...n-no pretendía molestarte o hacerte sentir mal es solo que...estaba muy confundido y...bueno creo que aún es un poco extraño pero no quiero que te enfades conmigo- Miró hacia el suelo, uniendo sus manos un poco arrepentido de haberse portado así con el mayor, estando algo más nervioso conforme pasaban los minutos.

Le miró nuevamente, colocándose un poco las gafas para quitarse esos leves nervios que aún tenía encima. -Esto...¿y por qué has venido a buscarme a casa? Creía que estarías en alguna fiesta- Por la edad que tenía el chico y por el día que era eso fue lo primero que pensó, que estaría en alguna divertida fiesta de disfraces con sus amigos, pues seguramente se habría hecho un montón de amigos al llegar, al igual que le pasaba a Byakuran, el cual no tenía dificultad para hacer amistades.

Se avergonzó al escuchar al niño decirle que no tenía problemas por el pequeño animal, estaba tan nervioso que apenas actuaba con normalidad y temía en sobre manera molestar de alguna forma al joven pelirrojo. Se quedo dubitativo viendo como la pequeña oveja luchaba por zafarse del agarre de sus manos cuando escucho al niño disculparse. Lo miro sorprendido ya que no esperaba nada ni mínimamente similar y le escucho en silencio sintiendo como su cuerpo se estremecía al escuchar tan dulces palabras. No lo culpaba de nada, nunca sería capaz de culparle de nada que no fuera volverle loco. Sintió el fuerte impulso de soltar al pequeño animal y abrazarle fuerte ya que realmente había estado extrañando a su pareja desde que había cambiado de tiempo, pero sintió que de hacerlo asustaría al pequeño Shoichi y realmente no quería que las cosas salieran mal.
Espero un minuto a que la incomoda situación pasara y a que el niño se relajase un poco, escuchando la nueva pregunta. Inquieta Nebbia extendió un par de alas miniatura y se libero del agarre de su dueño volando a brazos del Shoichi. Ahora algo más relajado el alvino rio suavemente por el comentario, tapándose los labios con el dorso de la mano.

-Pareciera que me desconocieras por completo- Comento casi con una mirada entristecida -Me siento incomodo cuando estoy con desconocidos- Explico avergonzado de si mismo ¿Y cómo no estarlo? No quería asistir a una fiesta de no ser acompañado por un niño. No tenia lógica alguna -Papá quería que asistiera con él a la fiesta de un tal Cavallone- Comento luego haciendo un nervioso rascándose la nuca -Pero... No quería estar solo- Desvió su mirada hacia el suelo y torció el gesto sintiéndose como un total idiota -Po-Por eso vine a buscarte... - Dijo finalmente aunque tan rápido como termino su confesión se apresuro a explicarse -P-pero ya sé que es algo extraño, y si estas ocupado lo comprenderé... Y... Y en lugar de asistir a una fiesta por la noche podríamos tomar un... Un té algún día-

Al ver que el contrario no decía nada dudó por un instante el que le fuese a perdonar, aunque ciertamente, si le conocía bien estaba seguro de que si podría hacerlo, por lo que le miró un poco, esperando alguna clase de respuesta, y al elevar su mirada hacia el albino vio como el pequeño animalito escapó de los brazos de su dueño para llegar a los suyos, haciéndole sonreír con suavidad y abrazando al pequeño animal de manera cariñosa. Pero en ese momento escuchó como el otro comenzaba a hablar, haciendo que le mirase algo más relajado al saber que prefería hacer como si lo anterior no hubiese pasado, eso le relajaba bastante. -No te desconozco, pero pensé que tal vez Byakuran-san te había convencido para ir con él a alguna fiesta...puede ser muy persistente cuando quiere- Aunque seguramente eso sería algo que el mayor ya conocería por si mismo, después de todo eran familia...y eso no dejaba de parecerle extraño; Byakuran con un hijo unos años mayor a él, era raro ya que nunca hubiese esperado algo similar.

-¡Si!- Fue lo primero que dijo al escuchar que había ido a buscarle a su casa para ir a una fiesta de halloween. Estaba aburrido, su hermana estaría fuera, su madre se iba a ir a cenar con su padre a un elegante restaurante y él como siempre se quedaría solo en casa. La verdad es que el plan no era el mejor así que el que dijese que había ido a buscarle para ir ambos a una fiesta le alegró bastante, pero rápidamente y al notar lo rápido que le había dicho que si iría se sonrojó con suavidad, mirando a otro lado sin dejar de abrazar a Nebbia. -E-Es decir...me gustaría ir a una fiesta contigo...así podríamos hablar más y...creo que sería divertido disfrazarse alguna vez al menos- Solo se disfrazaba para algunas obras de teatro que representaban en la escuela, pero eso no era divertido ya que siempre acababa con dolor de estómago por culpa de sus nervios. -Yo...- pensó un momento en que decirle y volvió a mirarle de nuevo, aunque pudiese notar su sonrojo. -No tengo ningún disfraz aquí, pero podemos irnos ya si quieres, e-es mejor hacerlo ahora antes de que se enteren mi madre y mi hermana- No quería que le asaltasen con preguntas sobre a donde iba o con quien.

-¿E-Estas seguro?- Pregunto nervioso de la felicidad, sinceramente no podía creerlo -Es decir... ¿No seria mejor que hablaras con tu madre primero?- Volvió a preguntar mirándole ansioso y a su vez volteando para ver hacia la casa.

Tampoco tenia tanta lógica que se lo dijera a su madre, por que después de todo el solo era un desconocido. Seria raro que la madre le dejase salir a quien sabe donde con un desconocido.

-Aun es temprano, podríamos entrar...- Dijo dubitativo -Y pensar en un disfraz y luego largarnos sin que nadie se entere- Propuso no muy seguro de que el niño aceptara -Y... De paso podemos ver como viajaremos- Agrego notando que no había pensando en ello antes.

Había viajado hasta allí guiado por Nebbia e impulsado por sus propias alas de ilusiones, pero no estaba seguro de poder darle alas al niño también, bastantes llamas había perdido ya con el primer viaje y también con la pequeña Nebbia, ahora que se daba cuenta, estaba algo cansado.

La idea de hablar con su madre primero no le pareció la más adecuada; después de todo su madre podía llegar a ser muy cotilla cuando quería y seguramente en ese asunto se portaría de ese modo, al fin y al cabo era una rara ocasión en que alguien había venido para verle a él y no a su hermana y sobre todo para llevarle a una fiesta, lo cual era más extraño aún. Así que descartó esa idea de inmediato, negando un par de veces de manera suave para dejarle claro al albino que no iba a hacer tal cosa, además de que tampoco lo creía necesario. Era temprano y no era un bebé como para no poder salir a una fiesta por si mismo, pues su propia hermana había comenzado a salir de fiesta con menos edad que él.

Pensó un momento en lo des disfraz, la verdad es que no tenía nada pensado pero cualquier cosa le podría servir. Aunque cuando escuchó lo de viajar le miró de nuevo a los ojos, un tanto extrañado. -¿Viajar? ¿Dónde es la fiesta?- Pensaba que sería en algún lugar cercano a ese y que por ese mismo motivo Myaku había ido a buscarle, al saber que estaba cerca y poder contar con él. Claro que al pelirrojo no le importaba salir y volver al día siguiente, puede que incluso fuese divertido pasar la noche fuera, pero era extraño ya que nunca lo había hecho y no sabía si sus padres le dejarían o estarían demasiado preocupados como para dejarle pasar el día entero fuera con un desconocido.

De todos modos pensó que después de haberlo dicho dos veces Myaku tal vez quería entrar en su casa. No tenía ni idea desde donde habría venido, pero se veía algo cansado, así que miró un poco hacia el interior, abriendo de nuevo la puerta y al no ver a nadie tomó la mano del mayor y le guió hacia su cuarto de manera algo rápida. Llegaron en poco tiempo y cerró nuevamente la puerta tras de él, suspirando con suavidad pues creía que al menos su madre y hermana habrían desistido del intento por seguir espiando. -Bueno, no se de que es tu disfraz, tal vez podríamos ir de algo parecido- Dijo con una suave sonrisa, sentándose a un lado de la cama y palmeando sobre esta para que el otro tomase asiento a su lado.

Miro consternado al niño cuando este le pregunto sobre la fiesta. Entonces Byakuran no le había dicho nada de nada. Y con la emoción que tenía su padre por dicho evento, le sorprendía que no hubiera molestado a Shoichi con ello, es decir, había conseguido trajes divertidos para Nozaru y hasta para Gamma y Uni que a pesar del disgusto del rubio termino cediendo por la más pequeña. Estaba por responder a la pregunta cuando noto que el niño miraba dentro de su casa, y de un momento para el otro, como si nada, le tomo de la mano y lo introdujo en ella llevándole a toda velocidad hacia su cuarto. Su cuerpo se estremeció ligeramente por el cálido rose de los tibios dedos del niño.
La habitación de Shoichi era simple, aunque linda, era normal y eso era lo que le gustaba por sobre todo. Algo desordenada pero a quien le importaba, las personas normales debían de vivir así. Se quedo mirando a su alrededor mientras que se acariciaba una mano con la otra hasta que escucho la voz del joven nuevamente.

-No nos habíamos decidido por ninguno- Comento sentándose a su lado ligeramente sonrojado -Byakuran-san me hiso probarme muchos pero no llegamos a ninguna conclusión- Perdió el habla al notar el esmeralda de los ojos del más pequeño, simplemente hermosos -Pero todo es posible- Continuo alarmado desviando la vista hacia el lado contrario al pequeño para hacer aparecer su báculo alado -Solo debes decirme que quieres y nos vestiría de esa forma- Le explico con una pequeña sonrisa

Suspiró cuando llegó a su cuarto y pudo cerrar la puerta tras él sin mayor inconveniente. Al parecer tanto su madre como su hermana estaban ocupadas en asuntos más importantes en ese momento, tal vez debatiendo en el salón quien podría ser ese chico misterioso que apareció en casa para buscar a Shoichi, era lo más probable. Así que se sentó sobre la cama para acomodarse y esperó a que Myaku lo hiciese también, notándole un poco extraño mientras le estaba hablando y apartó la mirada a otro lugar poco después de mirarle a los ojos. En realidad en ese momento no supo muy bien porque lo había hecho, aunque poco después se dio cuenta y él mismo se sonrojó un poco. La relación de ambos podía ser un poco complicada en ese momento, pero en el futuro, tan solo unos cuantos años más adelante, estaba bastante clara. Eran pareja, y todos esos momentos vividos entre ambos aún permanecían en sus memorias, eso era lo más extraño de todo. Así que, el mirar a su "ex-pareja", por llamarlo de algún modo, directamente a los ojos mientras ambos estaban sentado en la cama de su cuarto podía resultar un tanto complejo en realidad. Era lo normal, hasta el mismo había comenzado a notar como su corazón latía un tanto más deprisa.

Se puso una mano sobre este, escuchando algo lejanas las palabras del albino al estar sumido en sus propios pensamientos. Aun así había podido escucharle y entenderlo, así que cuando sacó ese extraño báculo se le quedó mirando. -Pero...¿si nos vestimos con ilusiones no sería igual que no llevar nada?- Aquella era una duda que siempre había tenido y que realmente le daba un poco de vergüenza comprobar, así que sus mejillas se sonrojaron un poco más.

-Podríamos...escoger un disfraz y marcharnos a donde sea la fiesta aunque...será extraño si es en otra ciudad ya que no dije nada- Sinceramente no quería permanecer mucho más tiempo allí pues sabía que en el momento en que se dieran cuenta que estaba con Myaku en su cuarto su familia se pondría a escucharles y eso era muy embarazoso.

Miro sorprendido al pequeño por el comentario.

-Si no llevas nada puesto... Si- Contesto lentamente mirando su rostro -Pero puedes vestir cualquier ropa y cubrirte de ilusiones- Murmuro

Se acomodo mejor en la cama y dejo caer su cabeza hacia atrás con los ojos cerrados suspirando suavemente. Escuchaba las palabras del menor, y realmente si él lo quería de esa manera el no tenia ningún problema. Estaba pensando la forma más cómoda de viajar hasta Italia sin que fuera un inconveniente. Estaba algo cansado por el viaje que acababa de tener y estar sentado en aquella mullida cama no le ayudaba en nada.
Frunció el seño y dejo su báculo desaparecer para apretar su entrecejo con sus dedos.

-Me parece bien si tu lo deseas- Dijo aun con los ojos fuertemente cerrados -¿Crees que te será mucho problema si te traigo mañana en la mañana? Sino podemos volver mas en la noche- Abrió los ojos y ladeo la cabeza para mirarle con cariño y preocupación -No me gustaría serte un problema-

No esperaba que con otra ropa normal se fuese a poder vestir con ilusiones, el pelirrojo estaba aún dudoso porque no sabía si daría o no resultado, aunque esperaba que así fuese ya que eso les facilitaría mucho las cosas a ambos. Pero al parecer el albino estaba preocupado por algo, podía notar en su rostro y en como se frotó con suavidad el ceño como pensando en las cosas que le acababa de decir, cosa que le hizo mirarle atento hasta que propuso las maneras de volver. En realidad no le importaba quedarse fuera o no, podía dejar una nota para sus padres, para que así no se preocupasen demasiado, así que le sonrió con suavidad.

-Está bien así, podríamos volver por la mañana o cuando a ti te sea más cómodo, yo no tengo prisa por volver. Seguro que mi madre se alegrará de que tenga amigos con los que pueda pasar tanto rato fuera- O al menos así lo creía ya que muchas veces su madre se preocupaba de que no saliese lo suficiente para alguien de su edad y ahora al menos podía irse con Myaku, aunque no estaba seguro de cuantas veces se podrían volver a ver pues al parecer vivía en otro país y eso siempre complicaba las cosas.

De manera feliz se puso en pie nuevamente y comenzó a mirar en su armario, tomando algunas cosas por si finalmente se quedaban fuera a dormir. Tan solo una camiseta algo desgastada, no necesitaba mucho más para pasar la noche. -Venga anímate, si estás muy cansado podemos esperar a que te sientas mejor- No tenía muy claro como había llegado hasta ese lugar, pero tampoco quería presionarle para que continuase con su viaje si realmente no se sentía con fuerza. Se sentó nuevamente a su lado en la cama y con un suave sonrojo se agachó para besar su mejilla.

Se sorprendió al sentir los labios del menor sobre su mejilla, un leve rubor se entendió por su rostro a medida que los calidos sentimientos estremecían su cuerpo. Tantos recuerdos, tanto anhelo, tanto tiempo le había extrañado tanto, y a pesar de que habían retrocedido diez años y su futuro novio ya no era quien el conocía, no dejaba de ser aquel hombre tierno que le había salvado de tanta soledad.
Sonrió enternecido mirando los esmeraldados ojos del pelirrojo y extendió uno de sus brazos para acariciarle el cabello.

-No te preocupes por mi- Susurro aun sonriendo -Soy fuerte-

Se vio infinitamente tentado de besarle, después de todo no era mas que su futura pareja, pero mas aun así no quitaba que fuera un niño, un niño libre quien aun no había tomado la dedición de quererle. Sintió su corazón encogerse al pensar en ello, pero pronto comprendió que seria momento entonces de volver a enamorarlo.

-Decide los disfraces y yo nos sacare de aquí lo antes posible- Dijo con decisión y emoción, completamente motivado por su nueva reciente dedición.

Se quedó pensando un poco en ello, ¿de que podrían disfrazarse? Había muchísimos trajes que le parecían interesantes y divertidos así que sería difícil decidirse solo por uno. Miró de nuevo al mayor un momento de arriba abajo, pensando en cual le podría quedar bien, aunque lo cierto es que se pusiera lo que se pusiera todos le quedarían bien. Ese pensamiento hizo que se sonrojase con suavidad y mirase hacia otro lado de nuevo. -Pues... podríamos vestirnos de demonios, creo que podrían ser trajes divertidos y además así no pasaremos mucho frío- Después de todo por la época del año en la que estaban no quería coger un resfriado. Dicho esto le miró de nuevo, esperando para saber que haría el contrario para hacer que apareciesen los trajes. Ya le había dicho que los haría sobre sus ropas, aunque no sabía como se hacía eso exactamente pues nunca había utilizado la llama de la niebla y tampoco había visto muy seguido como se usaba.


Se acercó unos pasos a él para estar más cerca y le sonrió con suavidad. -¿Y después nos iremos a la fiesta?- Ya le había dicho que era en otro país y aunque aún estaba un poco nervioso por irse tan lejos sin decírselo a su familia también estaba emocionado por poder ir junto a Myaku a otro lugar, después de todo ese tiempo le había extrañado bastante y ahora quería pasar tiempo a su lado.

¿Demonios?
Lo pensó por un segundo, mientras que hacia memoria de los demonios que había visto en ilustraciones y de los que había leído algo. Junto con ello recordó que su antítesis solía ser los ángeles. Imaginó como se verían en sus trajes pensando los últimos detalles de las ilusiones cuando el menor se acerco a él, en un principio siquiera lo noto, es decir, no le fue incomodo sino mas bien natural. Luego recordó el tiempo, recordó que ya no estaba en "el futuro" y que a su lado estaba alguien quien aún no lo amaba. Se sintió alagado y feliz de notar que le agradaba a Shoichi del pasado. Se quedo mirando las verdes orbes de su amado e inconscientemente poso su mano sobre la del menor al tiempo que escuchaba las ultimas palabras que este le pronunciaba. Cuando calló se sintió lleno de energías y realmente feliz. 
Se puso en pie y tendió ambas manos a su amado para que se pusiera en pie también, al hacerlo lo soltó con una y en ella hizo aparecer su báculo solo para que las ilusiones se "materializara" en ellos, y tras desaparecer el báculo hizo aparecer una manta al rededor del mas pequeño tomándola con ambas manos para cubrirlo por los hombros. 
Había elegido para si mismo una camiseta de escote en V negra junto con unos pantalones entallados del mismo color, iba descalzo con las uñas de los diez dedos negras. Sobre eso un saco hasta las rodillas del mismo color oscuro solo que rojo por dentro con la punta de las mangas y del saco rotas, tenia capucha pero había preferido no usarla. Su cabello se había oscurecido y llevaba cuernos en combinación que brotaban desde la parte superior de su cabeza hacia atrás. 
Miro a Shoichi convencido de que se veía incluso mas tierno que en su imaginación. A diferencia del pedido del menor había preferido vestirle de su antítesis, no lo podía ver como a un demonio, era dulce y aun era muy inocente, el color blanco le parecía perfecto e inmaculado al igual que su niño. Entonces de ese color lo vistió, le puso una túnica y por sobre ella una toga, tal y como los romanos vestían en sus épocas, a excepción de que esta le llegaba hasta la rodillas al menor. En sus pies sandalias de tiras doradas que se cruzaban por sus piernas. Su cabello ahora era blanco y a los lados de su cabeza un poco mas alto que sus orejas llevaba cuernos de oveja. El detalle que mas le gustaba eran las alas, había dejado su espalda al descubierto y puesto un par de hermosas y blancas alas. No eran tan grandes eran mas bien pequeñas pero eso lo hacia ver incluso mas tierno. 

-Esto es para que no tengas frío- Dijo acomodando bien la manta al rededor de sus hombros -Viajaremos de una manera poco usual- Agregó con una sonrisa en su rostro

Fue hacia la ventana y la abrió. Se sentó en ella de espaldas al exterior y dejo crecer un par de largas alas negras en su propia espalda y tendió su mano a su amado.

"Si tomas mi mano, daremos un paso en nuestra relación, te llevaré lejos de aquí esta noche y daré todo de mi por amarte y que me ames nuevamente. Pero en cambio si no lo haces te dejaré elegir un nuevo destino para ti" pensó
Después de todo lo único que quería era que Shoichi fuera feliz.

Miró las manos del mayor las cuales tomó con algo de timidez, viendo como al ponerse en pie tomaba una especie de bastón el cual no recordaba haber visto antes. Permaneció atento a lo que hacía, viendo como aparecía una manta de la nada con la cual rodeó sus hombros, mirando al albino con curiosidad por lo que haría a continuación puesto que nunca había visto a alguien usar sus ilusiones para vestirse. Le miró viendo como su vestuario cambiaba por uno más oscuro, era divertido ver aquello, incluso su peinado cambió y su cabello se volvió más oscuro, ahora le recordaba al guardián de la niebla de Vongola. -Vaya eso ha sido genial, ¿es fácil crear ilusiones?- Para él que tenía el atributo sol era difícil imaginar como alguien podía crear esas cosas tan solo imaginándolas y mucho más pensar en como hacía creer a los demás que eran tan reales como para que pudiesen experimentarlo también. Cuando vio el conjunto completo de Myaku sonrió con suavidad, notando como ahora cambiaba también su ropa, aunque le sorprendió un poco ver aquellas sandalias en sus pies y comprobar que su ropa era blanca, completamente opuesta a la del mayor. Parecía que él iba de ángel, aunque eso no era lo que le había dicho no le desagradaba, se sentía cómodo con ese disfraz claro que no sabía que su cabello era blanco ahora puesto que no se lo podía ver, pero si notaba algo a su espalda por lo que miró de reojo hacia allí para comprobar de que se trataba y fue entonces cuando vio una pequeñas alas, aquello le hizo sonreír con suavidad. -¿Soy un ángel?-


Miró entonces la manta que ponía alrededor de sus hombros y sonrió con suavidad, moviendo levemente la cabeza a modo de agradecimiento puesto que le agradaba que fuese tan amable con él ya que no todos los días se podía ver algo así. Cuando dijo aquello sobre el viaje le miró un poco confundido puesto que no imaginaba a que se refería y por ello le prestó toda la atención. Vio como se ponía en la ventana y al ver aquellas dos alas negras sus ojos se abrieron un poco de la emoción, nunca había visto nada similar, o al menos no en persona, tan solo en las películas. No esperaba que ese sería el modo de viajar que tendrían esa noche pero le parecía divertido y puede que hasta le gustase, así que al ver la mano extendida del mayor la tomó con suavidad, pues en el fondo no podía evitar estar un poco asustado por si se caía mientras volaban. -¿Es seguro?- Preguntó un poco intimidado por como sería su viaje, aunque confiaba en Myaku, apenas lo conocía, no al menos en ese presente, pero si lo conocía de sus recuerdos del futuro, donde sabía cuantas cosas habían pasado y que siempre podía contar con él, así que sin hacer más preguntas caminó hacia la ventana para poder volar junto a él. Pasó los brazos por su cuello para así tener mejor sujeción y le dedicó una suave sonrisa. Estaba preparado para iniciar aquel viaje, aunque ciertamente no sabía cuanto iban a tardar pues que le había dicho anteriormente que era en otro país.

-Para mi es tan sencillo como respirar- Respondió con simpleza, si bien era algo agotador cuando hacia ilusiones de más no era algo que generalmente le costara, ser un ilusionista era una forma de vivir para él, no dejaba de hacer ilusiones incluso si estas lo dejaban agotado.

Miro maravillado el cambio del pelirrojo y luego explico

-Creo que esto te sienta mejor- Agrego aún acomodándole la manta al rededor de los hombros -Si... Es perfecto para ti- Reafirmo para si mismo acariciando la mejilla del menor enternecido al ver su expresión y deslumbrante belleza incluso cuando era cubierto por una ilusión.


Tras tomar la mano del menor estaba dispuesto a salir en el momento cuando escucho las palabras de este.

-No tienes por qué temer- Aseguro sonriente -Si algo llegara a pasar Nebbia se encargará de ti- La blanca oveja apareció tras del ilusionista gimiendo de manera afirmativa, había estado paseando por el patio del pelirrojo el tiempo que ellos habían estado dentro pero parecía muy emocionada de guiarlos en su viaje. Correteo en el aire y tras dar un giro cambio de forma agregándose unas pequeñas alas de hueso y unos cuernos en juego para estar acorde a su dueño.

Se quedo en su lugar esperando la respuesta del menor, estaba bien dudar, no quería obligale a nada. Su corazón golpeo con fuerza al notar que este se acercaba a él. Lo rodeo por la sintura por inercia y lo aseguro a él. Sonrió con nostalgia a causa de aquel futuro el cual nunca vivirían otra vez y luego en un movimiento rápido se dejo caer hacia afuera con el niño entre sus brazos, sus negras alas rápidamente se batieron en el aire y en un simple movimiento se voltearon y comenzaron a levantar vuelo. Acomodó al ahora albino niño entre sus brazos cargándolo cual princesa y aleteo con fuerza tomando velocidad rápidamente.
Si bien a simple vista era un demonio alado con un ángel blanco en brazos surcando el cielo en la noche de Halloween, se las estaba arreglando para pasar lo más desapercibido posible. Nebbia volaba a un metro delante de ellos brillando suavemente para que su duelo no la perdiera de vista. Debían recorrer una gran distancia, algo que para humanos normales con modos de viaje regular seria imposible de lograr en unas horas, Myaku tenia planeado realizar esta misma distancia volando a toda velocidad. Lo bueno de volar de esta manera era que, aparte de no tener transito alguno, podía movilizarse a una velocidad inhumana gracias a las ilusiones.
Estaba seguro de que llegaría exhausto a la fiesta, pero poco le importaba. Estaba usando la llama de la niebla más de lo que jamás la había utilizado, sin contar claro los viajes en el tiempo. Los trajes, la velocidad, Nebbia un campo que evitaba que tuvieran viento en contra y que los camuflaba con el cielo. Era más de lo que había imaginado hacer alguna vez, pero lograría su cometido, les llevaría como mucho una hora llegar a la fiesta.