[FCH] Un polvo de Halloween

-Permítanme presentarles, el es tan hablado Beckett Nathe- Le presentaron a lo que el estrecho las manos de los dos hombres frente a si.

Ese año el líder de la familia Cavallone había organizado una especie de fiesta por el día de los muertos, día en el cual normalmente festejaba en soledad cortando y desgarrando carne humana putrefacta. Pero habiendo sido invitado no puedo evitar pensar en la cantidad de conocidos y desconocidos que eran potencialmente sus benefactores asistirían, no podo evitar pensar que estaba simplemente obligado a ir. Realmente no quería hacerlo ya que el disfrutaba del día de los muertos a su manera. Pero el trabajo era trabajo y asistir podía significar que su trabajo se multiplicase. Y ese sería realmente el mejor regalo para el día de Halloween.
Pensó varias veces en que vestiría ya que era obligatorio ir disfrazado. Busco en el fondo de un armario de ébano, desenterrando prácticamente viejas vestimentas de su adolescencia con la vieja bruja. Encontró unos pantalones ajustados y sus viejas neosens de tacón, encontró también una avejentada camisa de mangas sueltas y por ultimo un corset negro. Por último solo un detalle faltaba; busco en lo más profundo de los baúles en el sótano y encontró allí un anticuado antifaz veneciano el cual usaba su maestra cuando el solo era un niño. Solo se agrego un sombrero de copa y un bastón. Y tras algunas horas de espera un conocido llego en carroza a buscarle. Detalle que le pareció excesivo, mas aun así no lo critico, extrañaba viajar en carrosa como lo hacía cuando era niño. Aunque ello significase que el viaje durara más de seis horas. Había llegado hacia unas tres horas más o menos harto de tanto viaje, y no había hecho más que saludar y saludar mafiosos para entregarles su tarjeta, siendo presentado por su acompañante una y otra vez sin descanso alguno.

-Es un gusto conocerlos mis señores- Sonrió él entablando otra aburrida conversación acerca de la vida y tonterías que a nadie le importaba

Estaba distraído y también aburrido de aquella situación. Pensaba que tal vez de casualidad podría cazar en aquel lugar. Aunque fuere una dama que buscara un acompañante de una noche. Ya que no creía conseguir nada mejor que ello. Miro a su alrededor aun entablando aquella conversación cuando noto que algo que llamaba la atención.

Miro por detrás de él notando a un par de camareras vestidas como diablas caminar con bandejas en mano hacia unas escaleras.

-Si me disculpan- Se excuso él tajantemente alejándose de los hombres con los cuales conversaba.

Dio algunos pasos hasta alejarse lo suficiente y luego analizo el lugar, no había deparado en la decoración, era realmente acogedora, le hacía sentir como en su antigua casa.

-Hey Nathe ¿Qué crees que haces?- Se quejo su acompañante tomándole fuertemente del brazo para que volteara

-Dame un respiro Dorian, estoy cansado de todo esto- Bufo el peliazulado mirándole con reproche

-Estoy ayudándote y tú siquiera te esfuerzas- Se quejo con seriedad su pelirrubio colega

-¡Oi! Viaje contigo todo el camino hacia aquí, tu más que nadie sabes que estoy cansado, dame un respiro y continuare con ese fastidio de las tarjetas- Pidió molesto mirándole con seriedad a los ojos. El mayor sin encontrar reproche que hacerle desistió –Comeré algo y veré el lugar, en un rato vuelvo- Finalizo con pereza alejándose de su fiel amigo –Busca a Basillio y pasa algo de tiempo con él- Recomendó una vez que se hubiera alejado

-¡A-aun no llego!- Se quejo sonrojado su compañero. Más aun así él decidió ignorarle

Las jóvenes de ropajes rojizos habían subido por una escalera así que decidió que tomaría ese camino después de todo había un ligero aroma que le llamaba la atención. Subió las escaleras y se encontró en una habitación que le dejo algo desconcertado. Abrió la primera puerta que encontró y luego siguió un largo pasillo que no tenía final. Algo confundido tanteo las paredes hasta encontrar una especie de pasadizo, por el cual decidió salir terminando por llegar a una escalera y luego de ello a una habitación toda roja la cual parecía el mismísimo infierno. Estaba confundido y peor que eso estaba ¡solo! Buscaba engatusar a alguna de las lindas meseras o encontrar a alguna persona que se hubiese alejado de la fiesta con quien hablar un rato y de repente ¡Zas! Un buen polvo para estar fresco para volver a dejar las condenadas tarjetas de presentación ¡Pero nada!
Cerró los ojos y suspiro largamente buscando en las paredes alguna ventana por la cual respirar aire fresco. Fue entonces que le volvió a sentir. Aquel aroma tan particular, como polvo metiéndose en su nariz y provocándole un extraño cosquilleo en ella. Cerró nuevamente los ojos y continúo olfateando buscando por donde podría encontrar el camino que lo llevara a aquel aroma.

Aun con su rostro pegado a la una de las esquinas de la habitación, olfateo fuertemente, inspirando aquel llamativo aroma que le hacía cosquillear la nariz. Estornudo inevitablemente varias veces, pero aquella sensación no se iba de él. Camino con el cuerpo a escasos centímetros de la pared intentando no perder el rastro al momento que buscaba algún camino que le llevara hacia el sur. Pero seguía siendo lo mismo, mientras más intentaba ir al sur mas puertas encontraba hacia el norte.
Ya había perdido el rastro cuando llego a un pasillo, parecía el pasillo de los distintos cuartos del piso, era ancho y las meseras iban y venían por él.
Saludo solo por coquetear a una y le pidió uno de los tragos que traía, la dama paro y el comenzó con aquella trillada charla acerca de su opinan por el lugar y las sonrisas indiscretas. La joven sonrió sonrojada y antes de que Nathe hubiera podido decir "Fácil" mentalmente ya había logrado arrastrarla al cuarto más cercano. Beso sus labios apasionadamente acariciando el toso desnudo de la chica ya que con aquellas sutiles ropas era mas fácil. La tenía acorralada contra una pared y estaba dispuesto a hincar sus filosos dientes en su perlada piel cuando volvió a sentir aquel asquerosamente molesto hedor. Gruño por lo bajo y se alejo de la consternada mujer.

-Lo siento por ti- Murmuro saliendo de la habitación -Pero algo importante me llama-

Sintió la fuerte fragancia al otro lado de la pared y ya algo nervioso por lo molesta que se volvía la edificación tanteo la pared y con suma tranquilidad la golpeo como si llamara a la puerta confirmando que no era de concreto solida sino de un material más suave y desmontable. Sin hacerse mucho problema, movió la cortina que cubría la pared e invoco sus llamas de la tormenta, dejándola surgir a través de sus uñas. Cerro su mano a manera de puño y las llamas la envolvieron antes de que alguien lo notara propino diez fuertes golpes a esta quebrándola lo suficiente como para que tras patearla callera una parte de esta hasta hacerle un hueco por donde pasar.
Tomo su propio agujero del conejo y fue en busca de aquel llamativo aroma que tanto le molestaba. Camino escaleras arriba y abrió la ultima puerta frente a si llegando a la solitaria y simple terraza.
Allí había un hombre, alto cubierto por una flameante capa negra, de azulados cabellos que parecía desprender aquel aroma tan particular para el olfato del doctor. Se acerco a pasos decididos más aun así silenciosos y sigilosos hasta llegar a estar lo suficientemente cerca de él.

-¿Así que los polis también se disfrazan y van a fiestas?- Pregunto con una gran sonrisa, sentándose en el barandal donde el otro estaba apoyado a tan solo un metro de distancia

Escucho la respuesta del otro casi con ansiedad sabiendo que diría cualquier cosa que le insultase de alguna manera.

-¿De quinta?- Repitió con una ligera sonrisa en sus labios

Haha cuantos premios y regalos había conseguido gracias a su fama como forense. Prácticamente su casa y todo lo que estaba dentro de ella habían sido obtenidos gracias a su trabajo como forense. Como el mejor forense.
Se bajo de la barandilla donde estaba sentado y se acerco al peli azulado detective con felinos y seductores movimientos acariciando su pecho y también su hombría a medida que pronunciaba tentadoras palabras.

-Reconoce que te calienta que vista así- Murmuro parándose en puntas de pies para acercarse a su rostro. Deslizo sus manos por los hombros del ojiazul en busca de las manos ajenas e hiso que estas acariciasen su cintura dejándolas por fin en su trasero -Reconoce que tienes ganas de joderme el trasero aquí mismo- Susurro rozando los labios ajenos. Miro las azules orbes del detective y en cuanto noto que este podría estar ligeramente interesado en su "sugerencia" se alejo rápidamente -Es una lástima- Dijo dando un par de pasos de distancia pensando seriamente que no podía hacerlo -Pero mi trasero esta reservado esta noche poli, tendrás que aguantarte- Dijo a modo de despedida dirigiéndose a la puerta por la que había llegado lanzándole un beso volador

Escucho sus palabras y antes de poder reaccionar del todo estaba nuevamente contra el pecho del otro, sintiendo como sus manos tocaban obscenamente su trasero. ¡Carajo! Ese puto bastardo de Yezzel era realmente excitante, no era nada fácil decir "no quiero que me rompas el tracero" pero ¡mierda! Dorian lo mataría si aparecía todo desalineado para entregar mas de esas odiosas tarjetas, sin contar claro que la atmósfera sexual que le rodeaba después de estar con el peliazulado no era menos que muy llamativa, no era como si su solo su actitud lo dijese, su piel el hedor del sudor y aroma que Yezzel dejaba en él eran increíblemente deliciosos y notorios.
Se mantuvo en silencio conteniendo un gemido que deseaba escapar del deseo que los susurro del mayor provocaban.

-Mierda- Se quejo mordiéndose con fuerza el labio inferior -No seas terco, te dije que ahora no puedo- Se quejo molesto por sobre todo por que el mismo quería hacerlo.

Penso en la forma de alejarse y a pesar de que no estaba seguro de querer hacerlo le propino un fuerte golpe en uno de sus lados, haciendo precion con la otra mano para alejarse de el cuanto antes

-No seas estúpido- Se quejo mientras que estiraba sus brazos intentando inútilmente que le soltara -Se que no tienes cerebro, pero te estoy diciendo que no idiota- Continuo frunciendo la mirada

Sintió la sangre hervir cuando los dientes del mayor tocaron su piel, cerro los ojos acto reflejo dejándose llevar por la deliciosa sensación a medida que dejaba salir todo el oxigeno de sus pulmones.

-No es que no quiera- Suspiro arqueándose ante el contacto ajeno -Sino que no puedo poli idiota, Dorian va a matarme- Gruño apretando los dientes tratando de mantener la cordura, es que ese tipo le terminaría convenciendo de una manera u otra. Habia sido una terrible idea ir alli

¿Temer? ¿Temerle a Dorian? Sonaba muy divertido y realmente absurdo, aunque hubiera en ello una cierta verdad y era que Dorian era un hombre de temer. ¡Y por el sagrado dios de la muerte! Era obvio que se divertiría muchísimo más con el que con el insoportable de Dorian.
Tal vez no era tan mala idea distraerse un rato con Yezz, no sería tan malo ¿o sí?... Claro dejando de lado ese extraño hedor a nicotina, a Yezzel y sexo que quedarían impregnados en su piel, lo cual seguramente sería asqueroso o extraño para las demás personas que le vieran. ¿Pero que mas tan malo sería?

Repentinamente su mente se nublo y su cuerpo giro, dejando que el otro imbécil se aprovechara como quería de él. Jadeo tratando de borrar todo estúpido recuerdo del tal Dorian Gray de su mente para dejarse llevar por aquella enorme tentación que se frotaba contra su trasero. Arqueo su columna acomodándose al cuerpo ajeno dejándose llevar por el magistral trabajo del otro en su miembro.

-¡Jodeme de una puta vez Breed!- Dijo de mal humor por tener que dar su brazo a torcer

Bien, bien, ya había caído…

-Mmm… juguemos un poco antes pequeño- dijo sin premura alguna, tomando su actitud típica para molestar al chico.

Soltó sus manos y miembro, tomándolo nuevamente por la cintura, pero esta vez lo empujo hasta la pared del balcón y lo acomodo sentado en el barandal de este, en la esquina que se unía con el muro, de modo que la espalda del menor se tuviera un punto de apoyo.

Se colocó entre las piernas semi abiertas de Nathe, bajando el cierre del pantalón de este con descaro, su sonrisa de triunfo era de lo más arrogante, pero combinaba perfecto con su disfraz, además de que la luz de la luna se reflejaba en su cabello y rostro, dándole un aire aún más vampírico.

Se agacho un poco y beso por sobre la camisa el vientre del chico, mordiendo un poco la zona, antes de bajar hasta su verdadero objetivo, llego al borde superior de la ropa interior del muchacho, la cual bajo con los dientes mirando fijamente el rostro del otro de una forma de lo más sexy.

-Te pido sexo y tú te pones a "jugar"- Se quejo recargándose contra la pared acariciando el cabello del mayor mientras que suspiraba tratando de controlar su presión sanguínea -Sabes que eres un verdadero idiota verdad- Dijo con un tono de total afirmación mientras que tironeaba de su cabello y lo empujaba suavemente con la mano para que continuara con lo que estaba por hacer.

Yezzel parecía divertirse tanto molestándolo que ya ni se enojaba de verdad, decía las cosas que sabía que debía decir, pero no estaba seguro de que realmente las sintiera. Aun así no dejaba de pensar que era un tipo molesto e insaciable. Igual que el mismo.

-¿Que haces?- Pregunto de mala gana -No te me quedes mirando así haz algo- Gruño sonrojándose levemente al notar todo el trajecito que traía puesto, había notado que traía un disfraz pero no había caído en cuenta que todo en conjunto lo convertía en una especie de vampiro, o hombre con capa, cabello azul, dientes de plástico y antifaz -Pareces un demonio- Murmuro alzando la vista hacia el cielo, agradeciendo inconscientemente que su propio antifaz le tapara hasta las mejillas y volvió a mirar al peliazulado -Un incubo- Agrego riendo en un suspiro

Tomo una gran bocanada de aire antes de le diera la primera lamida, se estremecía de tan solo sentir su calida respiración en aquella zona tan sensible. ¿Es que acaso el gran doctor de la muerte no podía contenerse al menos un poco cuando se trataba de Yezzel Bread? Ósea... Al menos mantener la dignidad.
Había notado que cambiaba mucho cuando se trataba del peliazulado detective, solía ser una bestia cuando se trataba de sexo casual, pero cuando del imbécil del detective se trataba se sentía como una entupida quinceañera virgen.

-Ahhh- Como si quemara en su garganta un fuerte gemido se deslizo por ella llenando sus tímpanos con aquel sonido tan morbosamente interesante

De eso se trataba. No era su problema, era que aquel entupido era simplemente... Un genio. Odiaba admitirlo claro esta, pero joder con él era el mejor pasatiempo, y de hecho eran los mejores polvos que tenia. Un encuentro casual no se comparaba en nada en un encuentro con Yezz. No sabia si seria así con todo el mundo, ya que era un maldito amargado, pero definitivamente era muy pasional con él, y eso parecía ser lo que lo llevaba a esos increíbles orgasmos.

Dejaba salir el oxigeno de a partes, respirando apenas entre gemido y gemido. Traía sus dedos enredados en el cabello de Yezzel enterrando sus dedos en la nuca de este, apretando cuando le mordía y soltándole instantáneamente cuando el placentero gemido escapaba de su boca.
Se mordió el labio inferior cuando el otro se separo de él y lo miro con deseo cuando estuvieron frente a frente. No lo soportaba mas, era indescriptible el deseo que sentía por él en ese momento. Beso con brusquedad cortándose la lengua con los filosos dientes de plástico y mordió los labios ajenos, meneando su cintura desde su lugar para recibir mas placer.

-Yezz ¡Yezz!- Gimió extasiado -Vamos Yezz hagámoslo de una vez- Pidió con extremada voz aguda acariciando sus hombros y rasguñando su espalda