Llanto. [Para Mu-chan~]
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Llanto. [Para Mu-chan~]
Esto es un Mukuro x Lal [TYL], no estoy muy inspirada estos días, pero obviamente he tenido que hacerlo. ;A; Espero que el regalo sea de tu agrado, Señor No Respondo a los Post de Tsuna.
. Título:
. Páginas: No lo sé. 8DU Lo hice directamente por aquí.
~~~~~~~~
Vestimentas negras. Miradas cabizbajas. Llantos por parte de las féminas. Un ataúd entreabierto y el rostro de un vongola; El poseedor del anillo del cielo.
El día se mostraba tormentoso y aunque ninguna gota de agua había rociado aún los cuerpos de las destrozadas almas que se encontraban reunidas para el último adiós, el cielo se veía pintado en gris a causa de las enormes nubes que impedían ver más allá. Cielo lloraba también junto a los mafiosos y familiares de Tsunayoshi Sawada, dándole la despedida que éste se merecía.
Un grito de rabia y dolor difuminó la escena, nadie se movió del lugar pero la misma poco a poco se volvió cada vez más borrosa, menos nítida, cómo si realmente se tratase de una foto antigua que pasaba a verse en color blanco. Unos ojos bicolor se abrieron con el miedo cruzando sus fracciones y entonces, el bosque y la gente reunida dejó de existir para dar paso a la oscuridad propia de un cuarto sin luz.
El protagonista de tan nefasto sueño enervó su trémula mano izquierda y se pasó la palma por encima de la frente para de ése modo intentar subsanar el exceso de sudor que habitaba en la zona. Descansó después la muñeca sobre aquella zona en cuestión y observó el oscuro techo; Dos semanas habían pasado desde la muerte del capo y pesadillas aún rondaban en sus sueños, haciéndole difícil el poder conciliar. Tsuna. Tsuna... – ¡¡TSUNA!! – Le odiaba. Le odiaba tanto cómo le amaba.
~
Pantalones en su sitio, camisa correctamente abotonada y cabello recogido de manera idónea. En su mano derecha portaba un pequeño maletín y en la diestra sostenía una humeante taza de café: Dos en punto. Sabía que el resto de los miembros no tardarían en hacer acto de presencia, por eso, aquel que en su día fue la mano derecha del Capo se posicionó en su respectiva silla en espera de los demás.
Uno a uno los integrantes de la Base Vongola se fueron sentando en sus respectivos asientos. Todos a excepción de Mukuro. Compartieron algunas miradas cómplices, miradas que poco tardaron en recaer sobre Lal, una de los arcobalenos que había sufrido una perdida muy similar a la del guardián.
La mujer frunció el ceño, pero sin mediar palabra se levantó de su respectivo asiento para ir en dirección a la puerta. Pulsó el botón y al ver que nadie iría a detenerla profanó un gruñido malhumorado antes de cruzar el umbral y dirigirse directamente al cuarto de aquel maldito condenado que tan débil se mostraba tras la perdida. Ella había llorado, pero en secreto. Era un estúpido. Un cobarde.
Conforme esos pensamientos invadían su mente, sus puños pasaron a tensarse con la rabia del dolor que aún en su interior residía, más que preparados para arremeter contra él.
El cuarto estaba en total penumbra y ni un solo sonido alertaba de la sabida presencia del guardián de la niebla en aquel lugar. Siseó un malsonante insulto y avanzó a tientas por el lugar, palpando las paredes con ambas manos y cuidando de no darse contra el suelo hasta que, finalmente, sus rodillas dieron con el soporte propicio del lecho. Y ahí, en medio de un amasijo de sábanas se encontraba el herido en la guerra de la perdida.
- Te están esperando. -
No hubo respuesta por parte de quién obviamente, se dio por aludido y eso enfureció aún más a su persona. Mujer de temperamento fuerte, no dudó en alzar su pierna derecha y arremeter el amasijo que entre las sabanas existía, éste se quejó y de manera casi inmediata se sentó sobre el remolino de sabanas que había sobre la cama mirando con voracidad a su atacante.
Lal ardiendo en su propia cólera se conformó con cruzarse de brazos e ignorar aquella austera mirada, presionándose con los brazos el pecho y de ése modo realzarselo algo más. Estaba oscuro, sí. Pero podía sentir la mirada foránea clavada en ella.
- Te están esperando. - Repitió. Esta vez con la voz cubierta en rabia contenida. El ilusionista alzó la mirada y habló con voz parca.
- Él no está esperándome. -
Silencio fue el protagonista esa vez. Ambos dejaron que esas palabras inundasen lo más profundo de cada uno; No. Ninguno estaría fuera para recibirles con una sonrisa. La fémina pasó a rodearse a si misma, sintiendo cómo un muy extraño hueco se abría en su interior. La herida que creyó cicatrizada volvió a dolerle de tal modo que supo que aquello que consideraba ya sanado, seguía doliendo como el primer día.
- Tampoco él está ahí. - Susurró, más que para el otro, para si misma. La ruda voz anteriormente utilizada ahora se hubo tornado un ronroneo herido que captó la atención del hombre aún sentado en la cama y guiado por el instinto de protección que una vez otorgó a Tsunayoshi, alargó la mano derecha para sostener la fina muñeca de aquella mujer cuyo corazón estaba tan resquebrajado como el propio.
Momento tenso les envolvió, pues ella no dudó en quejarse y removerse para soltarse de lo impuesto, no obstante el peliazul consiguió dejarla a su merced, tendiéndola con brusquedad contra el lugar en el que él mismo durmió hacía escasos segundas. Y ahí el aroma a jazmín le invadió.
La muchacha tenía el cabello esparcido por las sabanas, la cara sonrojada por el constante forcejeo y la mirada llena en unas muy tiernas lágrimas... ¡Lal llorando!. El hombre profanó una pequeña risa: No era cómo las que solía. No. Se sentía aún apagado. Retraído. Empero la oportunidad de poder sentirse superior a aquella fémina solían ser pocas.
- Haremos algo... - Apoyó las manos cerca del rostro foráneo y la mujer se encogió. Estaba con los sentidos aturdidos y demasiado sensible como para contra-atacar. Él prosiguió hablando, como ignorante de aquel gesto. - ... Saldré fuera y cuando te diga, lo harás tú. -
Ella asintió. Él sonrió.
~
Un silbido anunció la señal predicha y con el ceño ligeramente fruncido se enervó de la cama. Estaba sonrojada, más que por la vergüenza por la rabia que tenía para con el que fuera se encontraba. Se preparó mentalmente: Esta vez si lo cubriría en insultos. Le haría entrar en razón con la voz de la verdad, por más que la misma doliera a ambos.
... Pero toda palabra pensada se fue. Todo sentimiento de ira se disgregó. Ahí estaba el peliazul: Con la camisa usada para dormir, su largo y fino cabello ondeando en la nada, pegado a su espalda y formas, sonriéndose como un niño ilusionado ante el regalo de navidad y tendiéndole la mano con una caballerosidad más bien cuestionable, pero ni aún y así dejaba de verse sublime.
- ... Te estaba esperando, princesa. -
Ella lloró.
... Él se prometió seguir con su vida. No olvidaría al difunto pero ahora sabía que había alguien en el mundo que precisaba de sus cuidados.
Dicen que siempre se ha de sonreír, pues no sabes quién puede enamorarse de esa sonrisa. Sin embargo... Las lágrimas pueden también cautivar corazones.
. Título:
. Páginas: No lo sé. 8DU Lo hice directamente por aquí.
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Vestimentas negras. Miradas cabizbajas. Llantos por parte de las féminas. Un ataúd entreabierto y el rostro de un vongola; El poseedor del anillo del cielo.
El día se mostraba tormentoso y aunque ninguna gota de agua había rociado aún los cuerpos de las destrozadas almas que se encontraban reunidas para el último adiós, el cielo se veía pintado en gris a causa de las enormes nubes que impedían ver más allá. Cielo lloraba también junto a los mafiosos y familiares de Tsunayoshi Sawada, dándole la despedida que éste se merecía.
Un grito de rabia y dolor difuminó la escena, nadie se movió del lugar pero la misma poco a poco se volvió cada vez más borrosa, menos nítida, cómo si realmente se tratase de una foto antigua que pasaba a verse en color blanco. Unos ojos bicolor se abrieron con el miedo cruzando sus fracciones y entonces, el bosque y la gente reunida dejó de existir para dar paso a la oscuridad propia de un cuarto sin luz.
El protagonista de tan nefasto sueño enervó su trémula mano izquierda y se pasó la palma por encima de la frente para de ése modo intentar subsanar el exceso de sudor que habitaba en la zona. Descansó después la muñeca sobre aquella zona en cuestión y observó el oscuro techo; Dos semanas habían pasado desde la muerte del capo y pesadillas aún rondaban en sus sueños, haciéndole difícil el poder conciliar. Tsuna. Tsuna... – ¡¡TSUNA!! – Le odiaba. Le odiaba tanto cómo le amaba.
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Pantalones en su sitio, camisa correctamente abotonada y cabello recogido de manera idónea. En su mano derecha portaba un pequeño maletín y en la diestra sostenía una humeante taza de café: Dos en punto. Sabía que el resto de los miembros no tardarían en hacer acto de presencia, por eso, aquel que en su día fue la mano derecha del Capo se posicionó en su respectiva silla en espera de los demás.
Uno a uno los integrantes de la Base Vongola se fueron sentando en sus respectivos asientos. Todos a excepción de Mukuro. Compartieron algunas miradas cómplices, miradas que poco tardaron en recaer sobre Lal, una de los arcobalenos que había sufrido una perdida muy similar a la del guardián.
La mujer frunció el ceño, pero sin mediar palabra se levantó de su respectivo asiento para ir en dirección a la puerta. Pulsó el botón y al ver que nadie iría a detenerla profanó un gruñido malhumorado antes de cruzar el umbral y dirigirse directamente al cuarto de aquel maldito condenado que tan débil se mostraba tras la perdida. Ella había llorado, pero en secreto. Era un estúpido. Un cobarde.
Conforme esos pensamientos invadían su mente, sus puños pasaron a tensarse con la rabia del dolor que aún en su interior residía, más que preparados para arremeter contra él.
El cuarto estaba en total penumbra y ni un solo sonido alertaba de la sabida presencia del guardián de la niebla en aquel lugar. Siseó un malsonante insulto y avanzó a tientas por el lugar, palpando las paredes con ambas manos y cuidando de no darse contra el suelo hasta que, finalmente, sus rodillas dieron con el soporte propicio del lecho. Y ahí, en medio de un amasijo de sábanas se encontraba el herido en la guerra de la perdida.
- Te están esperando. -
No hubo respuesta por parte de quién obviamente, se dio por aludido y eso enfureció aún más a su persona. Mujer de temperamento fuerte, no dudó en alzar su pierna derecha y arremeter el amasijo que entre las sabanas existía, éste se quejó y de manera casi inmediata se sentó sobre el remolino de sabanas que había sobre la cama mirando con voracidad a su atacante.
Lal ardiendo en su propia cólera se conformó con cruzarse de brazos e ignorar aquella austera mirada, presionándose con los brazos el pecho y de ése modo realzarselo algo más. Estaba oscuro, sí. Pero podía sentir la mirada foránea clavada en ella.
- Te están esperando. - Repitió. Esta vez con la voz cubierta en rabia contenida. El ilusionista alzó la mirada y habló con voz parca.
- Él no está esperándome. -
Silencio fue el protagonista esa vez. Ambos dejaron que esas palabras inundasen lo más profundo de cada uno; No. Ninguno estaría fuera para recibirles con una sonrisa. La fémina pasó a rodearse a si misma, sintiendo cómo un muy extraño hueco se abría en su interior. La herida que creyó cicatrizada volvió a dolerle de tal modo que supo que aquello que consideraba ya sanado, seguía doliendo como el primer día.
- Tampoco él está ahí. - Susurró, más que para el otro, para si misma. La ruda voz anteriormente utilizada ahora se hubo tornado un ronroneo herido que captó la atención del hombre aún sentado en la cama y guiado por el instinto de protección que una vez otorgó a Tsunayoshi, alargó la mano derecha para sostener la fina muñeca de aquella mujer cuyo corazón estaba tan resquebrajado como el propio.
Momento tenso les envolvió, pues ella no dudó en quejarse y removerse para soltarse de lo impuesto, no obstante el peliazul consiguió dejarla a su merced, tendiéndola con brusquedad contra el lugar en el que él mismo durmió hacía escasos segundas. Y ahí el aroma a jazmín le invadió.
La muchacha tenía el cabello esparcido por las sabanas, la cara sonrojada por el constante forcejeo y la mirada llena en unas muy tiernas lágrimas... ¡Lal llorando!. El hombre profanó una pequeña risa: No era cómo las que solía. No. Se sentía aún apagado. Retraído. Empero la oportunidad de poder sentirse superior a aquella fémina solían ser pocas.
- Haremos algo... - Apoyó las manos cerca del rostro foráneo y la mujer se encogió. Estaba con los sentidos aturdidos y demasiado sensible como para contra-atacar. Él prosiguió hablando, como ignorante de aquel gesto. - ... Saldré fuera y cuando te diga, lo harás tú. -
Ella asintió. Él sonrió.
~
Un silbido anunció la señal predicha y con el ceño ligeramente fruncido se enervó de la cama. Estaba sonrojada, más que por la vergüenza por la rabia que tenía para con el que fuera se encontraba. Se preparó mentalmente: Esta vez si lo cubriría en insultos. Le haría entrar en razón con la voz de la verdad, por más que la misma doliera a ambos.
... Pero toda palabra pensada se fue. Todo sentimiento de ira se disgregó. Ahí estaba el peliazul: Con la camisa usada para dormir, su largo y fino cabello ondeando en la nada, pegado a su espalda y formas, sonriéndose como un niño ilusionado ante el regalo de navidad y tendiéndole la mano con una caballerosidad más bien cuestionable, pero ni aún y así dejaba de verse sublime.
- ... Te estaba esperando, princesa. -
Ella lloró.
... Él se prometió seguir con su vida. No olvidaría al difunto pero ahora sabía que había alguien en el mundo que precisaba de sus cuidados.
Dicen que siempre se ha de sonreír, pues no sabes quién puede enamorarse de esa sonrisa. Sin embargo... Las lágrimas pueden también cautivar corazones.
Invitado- Invitado
Re: Llanto. [Para Mu-chan~]
>////////////////< me muero por completo de que te haya tocado yo *se sonroja*...
ME ENCANTOOOO *lo estruja* y también había 6927 *¬*..,.. me gustó mucho más... perdon la tardanza de contestarte es que no tengo la compu en mi casa *rincón*....
Aprovecho para hablar.... COMO ES ESO DE QUE TE VAS... *se mata* TODAVÍA NO TE VIOLE............ *se pone a llorar* DIME QUE NO TE IRÁS Y QUE CAMBIARAS DE OPINIÓN .... ;_;.....
Ahora podre llorar con razón.... por que te irás... *rincón*..... (por el titulo del fics xD)... perdón por nunca contestar el tema que tenemos... *se deprime* es que me ganó el ocio...
Sinceramente el fics casi me hace llorar... no me gusta la idea de que mi lindo Tsuna muera.... el final fue algo corto... pero estoy bastante conforme con el resultado....
NO TE VALLAS POR FAVOR..... ;_;TE QUIERO MUCHO....
ME ENCANTOOOO *lo estruja* y también había 6927 *¬*..,.. me gustó mucho más... perdon la tardanza de contestarte es que no tengo la compu en mi casa *rincón*....
Aprovecho para hablar.... COMO ES ESO DE QUE TE VAS... *se mata* TODAVÍA NO TE VIOLE............ *se pone a llorar* DIME QUE NO TE IRÁS Y QUE CAMBIARAS DE OPINIÓN .... ;_;.....
Ahora podre llorar con razón.... por que te irás... *rincón*..... (por el titulo del fics xD)... perdón por nunca contestar el tema que tenemos... *se deprime* es que me ganó el ocio...
Sinceramente el fics casi me hace llorar... no me gusta la idea de que mi lindo Tsuna muera.... el final fue algo corto... pero estoy bastante conforme con el resultado....
NO TE VALLAS POR FAVOR..... ;_;TE QUIERO MUCHO....
Invitado- Invitado
Re: Llanto. [Para Mu-chan~]
Mu.chan... ;___; Es que en éste foro todos ignoran a Tsuna.. *Se va al otro rincón(?)* y eso me deprime en demasía. Yama.chan tampoco responde... T___TU Y.. bleh... eso aminora los ánimos. ¿Nee?~
Si, el final me quedó corto.. y.. es que ... yo quería un 6927.. ;////;UUUU No me salía, para nada, meter ahí a Lal y no supe bien como hacerlo.. De todos modos... ;AAAA; Gomen ne... para la próxima será más largo, te lo prometo.
Yo a ti también te quiero ;A;... Gracias por dedicarme este pequeño ratito para leerme. (?)
Si, el final me quedó corto.. y.. es que ... yo quería un 6927.. ;////;UUUU No me salía, para nada, meter ahí a Lal y no supe bien como hacerlo.. De todos modos... ;AAAA; Gomen ne... para la próxima será más largo, te lo prometo.
Yo a ti también te quiero ;A;... Gracias por dedicarme este pequeño ratito para leerme. (?)
Invitado- Invitado
Re: Llanto. [Para Mu-chan~]
Te dedicaría todo el tiempo que quieras mi lindo Tsuna ;_;.... realmente no quiero que te vallas... es que al igual que yo, tu también entraste tarde, y es como que las parejas ya estaban armadas.... lo mismo me paso ami... creo... Pero yo con mucho gusto estaría a tu lado U///U....
Y el fics me encanto... y el 6927 estuvo genial..... >///////< me gusto mucho eso!!!!...aparte cuando me enteré que eras tu el que me tenia que hacer el fics me sorprendí mucho xDD, y no se por que ^////^....
Realmente no quiere que te vallas.... prometo contestar nuestro rol cuando me ande internet de nuevo, será lo primero que haga ^^..... Por favor no te vallas.... *lo estruja* te quiero muchoooo ......
Y el fics me encanto... y el 6927 estuvo genial..... >///////< me gusto mucho eso!!!!...aparte cuando me enteré que eras tu el que me tenia que hacer el fics me sorprendí mucho xDD, y no se por que ^////^....
Realmente no quiere que te vallas.... prometo contestar nuestro rol cuando me ande internet de nuevo, será lo primero que haga ^^..... Por favor no te vallas.... *lo estruja* te quiero muchoooo ......
Invitado- Invitado
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