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Mensaje por Mistdude 29/3/2016, 9:34 pm

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Ítem 1: Interrogatorio
 
1°) -¡Hola! Lamento la demora- Saludó el jefe de la familia Cavallone con una brillante sonrisa al aspirante que esperaba junto a la puerta. Caminó hacia el interior de la pequeña estancia y a pesar de que en el lugar solo habían dos sillas, sin la habitual escolta de sus subordinados fue inevitable que callera de bruces tropezando con el borde de una de estas -Auch…- Gimoteó desde el suelo -Creo que estos muebles están mal alineados- rió torpemente entre dolorido y avergonzado, sin más traspiés se sentó en la silla frente al otro -Bien, creo que empezaremos con lo básico ¿Cuál es tu nombre y edad?-
 
Junto a la puerta de la sala de entrevistas se encontraba parado un hombre de traje y corbata, traía la cabeza baja y el cabello azabache revuelto. No reaccionó de ninguna manera particular cuando el décimo líder de la famiglia Cavallone pasó a su lado y se disculpó, siquiera respondió o alzó la cabeza. Lo siguió dentro del cuarto, solo dio un paso dentro de él, la puerta se cerró de golpe tras de si, más aún así no se inmutó. Se quedó parado tieso sin alzar el rostro aún, ignorando la torpeza del rubio líder de familia, entonces escuchó la pregunta y alzó el rostro por primera vez. Tenia la piel rasgada en torno al ojo derecho, desde la frente hasta la mejilla y dicho ojo brillaba rojizo. Sonrió cínicamente y tal y como si se tratara de un cascarón la piel del hombre se partió en pedazos dejando en visto al peliazulado portador del anillo Vongola de la Niebla, Rokudo Mukuro
 
-Fufufu- rió dando un paso al frente, mirando de reojo la precaria silla de madera. Frunció las cejas algo disgustado por la falta de gusto e hizo que esta mutara en un sofá de epoca rojo gastado. Se dejó caer en este con gracia suspirando cómodamente y cruzándose de piernas. -Mi nombre, querido Cavallone ya lo conoces bien- Murmuro sonriendo de lado, su mirada brillaba con malicia -Es el nombre que todo mafioso debería conocer y temer ya que es el nombre del hombre que los exterminara-afiló la mirada aun sonriente -Rokudo Mukuro- Pronunció con cuidado y delicadeza, no pretendía responder a la pregunta sobre su edad, no era algo realmente relevante. Si bien su cuerpo era joven ya había vivido seis vidas previas a esta. No consideraba que la edad de su cuerpo mereciera importancia alguna, más porque le parecía que los escasos quince años que llevaba de esa vida eran degradantes en comparación a otros humanos de mayor edad.
 

2°) Entra a la habitación una jovencita de grandes ojos brillantes y uniforme colegial, quien rápidamente toma asiento donde le corresponde. -¡Ok, entonces ahora es el turno de Haru!– Se animó a si misma al comenzar con lo suyo. Sonriendo amplio comenzó a revisar sus tarjetitas de ideas -Veamos... esta no... Esta va para después...- hasta que finalmente logra encontrar la indicada -¡Bien! ¡Aquí está! Haru quiere saber qué cargo ocupa usted en su familia. Seguro es algo super important desu!-
 
Se quedó de brazos cruzados viendo al torpe Cavallone salir del cuarto intercambiando lugares con una joven. Hubiera preferido aprovechar mejor su tiempo en el exterior pero le pareció prioritario resolver sus asuntos en este lugar primero antes que continuar con sus cosas. De haber sabido que sería tan aburrido y tedioso hubiera enviado a Lancia en su lugar. Frunció los labios disgustado recordando que ya no tenía poder por sobre aquél hombre ignorando por completo a la joven castaña quien aparentemente revisaba tarjetas con preguntas o algo así. Pensó entonces que tal vez que Chikusa debería presentarse en su lugar pero rapidamente se corrijió, Chikusa no funcionaria. Necesitaba otra marioneta que ocupara el lugar de Rokudo Mukuro en la sociedad, aunque el rumor de que había sido capturado por los Vindice había comenzado a correr con rapidez. Los mafiosos andaban por las calles tranquilos sabiendo que Mukuro no les atacaria. Debia hacer algo. 

-¿Cargo?- Repitió para sí mismo imaginándose que pregunta acababan de hacerle ya que no estaba prestandole mucha atención -En Kokuyo no usamos un sistema de rangos- Dijo altivamente mirando despectivamente a la niña -No somos como esos estúpidos mafiosos con los que te codeas Miura Haru-san- Dijo amenazadoramente inclinándose hacia adelante. La recordaba, la había visto junto al joven Vongola decimo en otras ocasiones. Le parecía que solo era una niña inútil e innecesaria.
 

3°) Se abre la puerta de repente y el pelirrojo entusiasta entra por ella. Gritando de sorpresa y felicidad se abalanza hacia el entrevistado y toma su mano sorpresivamente estrechándola y sacudiéndola efusivamente. -Hola, hola, hola soy Naito Longchamp candidato a octavo líder de la famiglia Tomaso-Se presenta emocionado aun sacudiendo la mano ajena -¿Sabes? Como futuro líder de la famiglia Tomaso lo primero que haré será aliarme con la mayor cantidad de familias, para tener muchos amigos- Ríe emocionado soltando al entrevistado para erguirse orgulloso -Y la primera será la Famiglia Vongola- Hace una pausa y luego cuestiona intrigado- ¿Conoces a la famiglia Vongola? ¿Qué relación tienes con ellos? Mira que si tienes malas intenciones con ellos tendremos que pelear aquí mismo- Bromea sacando una pistola
 
Mira distraídamente la puerta por la que la joven colegiala salió, intrigado de qué clase de personaje podría llegar a salir de ella en ese momento. Se había encontrado al torpe del décimo Cavallone y a una niña de Namimori. No le hubiera sorprendido que de aquella puerta apareciera el mismísimo Hibari Kyokya. De hecho se excitaba de solo pensarlo, sonrió para sí mismo expectante, cuando la puerta se abrió con violencia y un extravagante, desalineado y llamativo pelirrojo apareció por ella. Su expresión se volvió profundamente disgustada. Parecía un niño berrinchudo. El menor se abalanzó sobre él para tomarle la mano haciendo que se le erizara el cabello. Rápidamente utilizó sus llamas para que al momento en el que el niño le tomara la mano tomara una mano ilusoria. La estrechaba con énfasis y hablaba tan apresurado que apenas se le entendía.
"¿Y este quién es?" Se preguntó a sí mismo, mientras que le examinaba con la mirada, parecía un mafioso de poca monta por su aspecto
Escuchó su nombre y se preguntó a sí mismo por la familia, apenas si había escuchado de ella antes. Lo categorizó como "sin importancia" dentro de su mente. Esperó a que le soltara para desvanecer la mano ilusoria con un gesto de su mano real. Iba a ignorarle pero entonces lo escuchó decir "famiglia Vongola" e inevitablemente su mirada se volvió a él.

-Tientas a tu suerte, niño- Dijo de pronto avalanzandose sobre el escritorio y apuntándole con su tridente en el cuello al más joven. Se recargaba sobre su mano derecha sobre la mesa y sostenia el arma con la zurda, sus rostros estaban tan cerca que podia notar el color oro en las pequeñas orbes dilatadas -Planeo destruir a todas y cada una de las mafias- Murmuró con una pequeña sonrisa en sus labios -Así que adelante, dispara si quieres- El filo del tridente acarició la nuez de Adán del entrevistador.
 

4°) Ingresa a la sala de interrogaciones el arcobaleno de la lluvia, toma asiento frente al entrevistado y comienza a estudiar cada movimiento del mismo, sin perder de vista ningún detalle. Hecho aquello, decide levantarse y encararlo sin acercarse demasiado. –Me gustaría saber qué tipo de actividades realizas, kora— Preguntó serio, terminando de cruzarse de brazos. —Lo sabes, normalmente ustedes le llaman 'hobbies', kora-
 
Volvió a tomar asiento una vez que el ruidoso pelirrojo salió de la habitación. Estaba comenzando a hartarse de estar allí por otra parte comenzaba a sentirse cansado, poseer cuerpos requería de mucha energía y flama de la niebla y su maltrecho cuerpo en Vendicare no estaba en condiciones de malgastar fuerzas. Sin contar que habia estado haciendo muchas cosas ese día antes de aparecer allí. El arcobaleno de la lluvia hizo acto de presencia en el cuarto. Alzó las cejas con interés, bien sabia que el arcobaleno de la lluvia era un maestro táctico, conocido por sus trampas en el campo de batalla y su manejo de armas. Se cuestionó que clase de pregunta le haría, no pretendía revelarle ninguno de sus secretos, pero le gustaba que hubieran tenido en cuenta sus tácticas como ilusionista y hubieran enviado a un soldado con experiencia en guerras y batallas.
De pronto se sintió agotado al escuchar su pregunta. De todas las cosas de las que podía intentar hablar con él le preguntaba por sus hobbies. Se masajeo el tabique ya que aquél cuerpo parecía que no resistiría mucho más y un ligero dolor de cabeza estaba empezando a extenderse por su sien y luego tomó aire y suspiró. No respondería, lo que hacia él en su tiempo libre era de su incumbencia y a lo sumo de los miembros de Kokuyo, Dokuro Chrome y tal vez de Sawada Tsunayoshi. Sus hobbies no eran más que partes de sus planes, revelar parte de ellos era contar parte de sus más profundos secretos. Matar, torturar, jugar con las mentes de las personas, aquellos eran sus deleites personales, no tenía por qué compartirlos con alguien más. Obviamente también estaban algunas otras cosas de ocio como la música clásica, la literatura y la historia del arte. Pero tampoco quería entablar una amena charla con aquél niño.
Se cruzó de brazos y miró fijamente al arcobaleno, examinándolo con indiferencia dándole a entender que no respondería a su pregunta.
 

5°) Llegó de improvisto hacia el salón, abriendo la puerta de una patada, sentándose en un sofá de cuero rojo y subiendo los pies encima de la mesilla, haciendo bailar la lámpara encima de esta. Cruzó los brazos sobre su pecho y con una inquisitiva mirada escupió la primera pregunta al sujeto. - ¿Qué mierda sabes hacer? Si no eres bueno en batalla te puedo asesinar aquí y ahora por sólo el hecho de presentarte y ser una completa basura. - el jefe frunció el ceño, enfocando sus orbes rojizas en sostener hacia su contrapartida, si pensaban que la última pregunta sería fácil por solo tratarse del final, se equivocan.
 
-Fufufu- Rió para sí mismo al ver entrar al capo Varia en la sala.
 
Se acomodó recargándose en el lado del sofá y reposando su rostro sobre su puño. Miró con interés las facciones del moreno, aquellas cicatrices eran como una obra de arte para él. Prueba de lo monstruosa que era la mafia y del poder de aquél hombre.
"Al fin un pez gordo" pensó aún con sus labios curvados en una divertida sonrisa. Para su desgracia era hora de volver.

-Seria encantador enseñarte de lo que soy capaz Xanxus di Varia~ Pero deberás confiar en la veracidad de la fama que precede a mi nombre- Su ojo diestro comenzó a brillar. Se puso en pie y el cómodo sofá volvió a ser una rudimentaria silla de madera -Pero el show debe continuar ahora- Hizo un gesto y de un momento a otro el aspecto de Rokudo Mukuro se desintegro en el aire y un joven muchacho de morenos cabellos calló desfallecido al suelo.
 



Ítem 2: Narración de una escena electiva.
 
Opción 3: Es el día de tu cumpleaños [situados en contexto TYL] y comienzas a pasear de forma solitaria por las calles de una ciudad nocturna. Recorres tu vida en cada pensamiento. Los momentos más importantes; los mejores y peores recuerdos... ¿Qué eventos y a qué personas tienes en mente?
 
(Ubicado antes de que Tsuna llegue al futuro)
 
 
En lo más profundo de las prisiones Vendicare, en una celda específicamente desarrollada para él se encontraba Rokudo Mukuro de exactos veinticinco años. Lo mantenían en un estado de coma inducido para controlarlo hasta que se dictaminara que hacer con él. Demasiado poderoso para dejarlo libre pero demasiado fuerte para matarlo, era por ello que lo tenían allí, almacenado como a el resto de la basura que la mafia gustaba de controlar, como si fuera un arma en una repisa.
Planeaba su venganza desde hacia veinte años. Diez años planeando una venganza por lo que la mafia le hizo de pequeño, otros diez planeando su venganza hacia no solo a la mafia por nuevamente encerrarle y tratarlo como un arma sino también a la sociedad por todo lo que le habían hecho vivir a lo largo de sus otras seis vidas.
Su plan no podría salir mejor. Incluso estando recluido en una celda de agua en coma se encontraba a sus anchas, salía gracias a las posiciones que tenia sobre otras personas y así estaba al tanto del mundo exterior. Era capaz de estar al tanto del paso del tiempo incluso cuando no salía por meses. Tenía a Chikusa, Ken, Chrome y su más importante discípulo Fran, a quien había instruido desde aquella cárcel para su más importante plan. Ellos llevaban a cabo sus peticiones y movían los hilos por él.
Hacía ya dos meses que no salía al exterior. Era una cuestión propia, una costumbre sin importancia real, algo que siempre desmerecía más aún así realizaba cada año sin falta. Se trataba de nada más ni nada menos que su propio cumpleaños. Cuando la fecha estaba próxima guardaba todas las energías posibles para darse el lujo de dar un paseo. Odiaba en realidad los cumpleaños, los festejos, la idiotez humana. Había presenciado muchos de ellos, varios de Sawada Tsunayoshi y otros tantos de Dokuro Chrome. Le gustaba mantenerlos bajo vigilancia. Estudiaba sus comportamientos sociales. Por eso evitaba compararse con ellos, hablar de un cumpleaños le recordaba a reuniones de personas, pastel y regalos. Para él aunque ciertamente era un día más le gustaba tomárselo para reconsiderar y relajarse a rememorar. Aprovechaba aquella fecha para ponerse en orden a sí mismo, sus planes, sus recuerdos, sus prioridades.
Buscó en su mente los cuerpos que tenía a su disposición, buscó el que le quedara más cómodo, entonces envió su mente de su cuerpo real al de aquella marioneta en el centro de un pequeño pueblo en Sicilia. Era de medio día ya, salió del bar donde el hombre se encontraba antes de poseerlo y camino cuesta arriba hacia una zona frondosa.
Se adentró en el pequeño bosque y caminó sin rumbo alguno. Quería relajarse y distraerse, su propia mente era la prisión más peligrosa. Llevaba esta vida encerrado en su propia cabeza, la cordura era algo que temia perder en cualquier momento. Miró fijo el cielo, no cambiaba, el exterior seguía siendo hermoso incluso con el paso del tiempo y los horrores que los humanos cometían. Byakuran lo estaba tomando todo, había cazado a los arcobaleno, había hecho retroceder al propio Sawada Tsunayoshi y a su familia de ineptos al punto que los había hecho desaparecer del mapa. Todos estaban escondidos, él estaba furioso, su plan siempre había sido destruir a la mafia y crear caos, pero le molestaba que hubiera sido otro quien tomara el papel a la cabeza de toda esta destrucción. Sin contar claro que su accionar era irritante, la forma en la que hacia las cosas no era la que él prefería. Le molestaba en sobremanera. Suspiró molesto sentándose al pie de un árbol, al menos tenía su plan en marcha, solo esperaba el momento indicado y saldría de Vendicare y junto con Fran y Chrome se encargarían de todo. No estaba seguro de si la pequeña Chrome tuviera la fuerza de seguirle, ella era leal, si, pero había desarrollado su propia moral a lo largo de aquel tiempo y consideraba muy probable que ella le abandonara en cuanto le liberara. No la culpaba, de hecho prefería que fuera de esa forma, la protegía por sobre sus planes, la consideraba demasiado pura para ser mancilladla por la maldad y muerte que le rodearía a él.
Un azulejo paso volando frente a él. Su mirada lo siguió, un fuerte viento le despeinó, parecía que llovería hacia la noche. Miró al azulejo y a las hojas de los arboles batirse en el aire. Su mirada se notó nostálgica, no podía sentir a través de ese cuerpo. Incluso si era capaz de salir de la prisión no era capaz de sentir nada ya que no estaba en su propio cuerpo. Apenas recordaba cómo se sentía el frio o el calor, menos que menos recordaba cómo se sentía el viento en la piel. Miró su brazo, la piel estaba erizada. Se levantó y siguió caminando.
Había seguido los pasos de Tsunayoshi y de Hibari Kyokya a lo largo de aquellos años, eran parte de sus presas más importantes no podía dejarles andar así como así. De hecho había tenido varias peleas contra el guardian de la nube Vongola. Eran realmente entretenidas, cuando estaba de mal humor siempre le alegraba el día. Pero desde hacía unos siete meses que no tenia rastro alguno de ninguno de los dos. No sabía si estaban muertos, cosa que dudaba por que los hubiera encontrado, o si se habían escondido bajo tierra. Sencillamente les perdió el rastro y no volvió a escuchar a nadie hablar de ellos o a encontrar alguna pista que les guiara. Incluso cuando tenía sueños en común con Tsunayoshi a menudo, estos también se detuvieron de repente. Se mordió el labio interior y frunció las cejas. Si no aparecían pronto iniciaría su plan y tendría que encontrarlos por su propia cuenta. Suspiró nuevamente, llegó a un claro, miró hacia los lados, los pájaros trinaban el viento era menor ahora. Extrañaba Kokuyo. Incluso si le molestaba pensarlo porque le hacía sentir débil y tonto, extrañaba la libertad, a Ken haciendo lio y a la obediencia de Chikusa. Incluso en el fondo extrañaba lo ruidosa que era M.M.
Pensó en ir a visitarlos, pero ese no era su estilo. Los cumpleaños eran solo suyos, incluso si estaba solo, o aburrido y si no le interesaba festejarlos. Nunca pasaba un cumpleaños acompañado. Ya saldría de nuevo y resolvería sus pendientes con aquellas personas. Por lo pronto disfrutaría lo que le quedaba del día solo.


Le spoil:


Última edición por Mistdude el 29/3/2016, 10:01 pm, editado 1 vez (Razón : Editado noventa veces por el spoil)
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Casting de rol de Rokudo Mukuro Empty Re: Casting de rol de Rokudo Mukuro

Mensaje por Dino Cavallone 5/4/2016, 4:58 pm

A) Ortografía:8/10
Te faltaron varios acentos y se te escapo una que otra "V" en lugar de "B", pero nada grave.

 
B) Redacción: 10/10
Tu redacción es muy buena, tienes buena narrativa.
 
C) IC: 8/10
No me convenció del todo la postura que tomo Mukuro y su personalidad, no le creí completamente, pero es algo en lo que puedes trabajar.


Yo APRUEBO este casting.

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