Fanfic amigo secreto[Para Dino]

Bueno pues.. hice lo que pude, ya. La idea original la saqué de mis rols con mi Hibari, no soy buena con los fics.

Para: Dino Cavallone
Nombre: La vez que te vi reír
Word: 2 hojas



La cosa era bastante clara, Dino podía ser un amor; pero lo cierto era que iba y venía cuando se le daba la gana; Y Hibari sufría. No es todo como lo pintan los cuentos, esta vez el príncipe rubio de hermosa sonrisa era muy desconsiderado, y el cabrón que le pegaba tonfasos era la princesa que solo, lloraba por su ausencia.

La primera vez que Dino se marchó sin decir nada, fue cuando le llamaron de Italia y sin despedirse ni avisar, simplemente desapareció.

Fue perdonado; Después de todo era justificable.

La segunda vez que Dino se marchó, fue para la época de su cumpleaños, no hubo muchas razones ni justificaciones. Romario lo raptó, y querían comprometerlo, sin embargo, como siempre, el rubio se negaba rotundamente

La historia de cómo le costó que le perdonara, empieza aquí:

Dino apareció desde el umbral de la puerta con una sonrisa de lo más animada. Había desaparecido, como siempre, 2 meses. Un tatuaje nuevo resaltaba de su pecho: llamas azules por la otra parte de su ya calavera flameante, y también, estaba más alto; tuvo que agachar un poco la cabeza al entrar por la puerta.- ¡Yo!, Que bueno que te encontré por aquí..

Hibari siquiera se fijó en los nuevos detalles del porte de Cavallone, sí le notaba algo más alto... Pero él también había crecido un par de centimetros desde la huida del capo, por lo que la diferencia de alturas estaba nuevamente compensada. Pero la ira cegó su instinto cuando escuchó ése saludo.. cómo si de nuevo las semanas no hubieran significado nada para ése que ahora invadía su espacio de manera natural y espontanea. Siquiera se lo pensó y con la calma invadida en su rostro avanzó un par de pasos.. y uno de los extremos de su preciada tonfa izquiera se unió en el vientre contiguo

-Ugh.- Dino ni siquiera demostró un vago intento por esquivarlo o defenderse. Su espalda se arqueo con aquel golpe, riéndose tontamente.- Haha.. me-merezco eso.. -Dijo sin más, no moviéndose, sabia la paliza que se le esperaba y merecía, más no se quejaría

El hecho de que Dino no haya reaccionado como quería el japonés, le hizo enfadar aun más. Ver que éste no se había dignado ni a intentar protegerse crispó aún más sus nervios y por ello, separó la susodicha tonfa de ése otro estomago para volver a atizarle otro severo golpe en la misma zona, aunque con el arma del brazo contrario

Esta vez el rubio tocio sin aire, y no se levanto, borrando la sonrisa de su rostro, hablo despacio.- Puedo explicarlo.. lamento todo lo que paso.. -Su rostro se levanto y por lo erguido, quedo próximo al contrario.- ..te extrañé.. –Musito casi suplicante porque no le matara.

-Defiéndete si no quieres terminar muerto. -No le importaban las palabras, no está vez y tras tanto tiempo de ausencia. Ahora sólo sentía que la ira contenida debía explotar, siendo reflejada en el delgado cuerpo del rubio. Volvió a separar el arma del vientre foráneo y se preparó nuevamente para atacar, esperando que esta vez el otro optase por ponerse a la defensiva

Dino rio despacio, pero rio al fin y al cabo. Acto seguido, abrió los brazos como si quisiera recibir un abrazo.- No vine a pelear.. si quieres matarme puedes hacerlo.. mi vida entera te pertenece -Le miro fijamente sin cambiar su posición.- Perdóname. –Pidió de nuevo.

Hibari frunció el ceño y toda su expresión y.. de nuevo atacó, esta vez con menos fuerza, tan siquiera le golpeó de lleno con el metal de su arma. De hecho... Cuando su cabeza dio contra el pectoral foráneo dejó que las tonfas cayesen contra el suelo y fueron sus puños los que golpearon al contrario. El italiano frunció apretando los dientes, sin embargo en el fondo agradeció que las armas se hayan ido de las manos de su amante. Apenas se vio cercano a su pecho, le rodeo con sus brazos, con tal fuerza para imposibilitar sus golpes, los cuales fueron contados con la mano, fueron 2, 3, 4.. Y Hibari se detuvo, sin siquiera tener el valor de quitarse de ese cuerpo que le abrazaba.

Dino primero se tomo unos segundos para tomar aire y que el otro se calmara, y lo consiguió. Sonrió despacio y con tristeza, soltando la fuerza del abrazo solo para no lastimarlo, acariciándole donde sus dedos alcanzaran.- Ya estoy aquí.. perdóname.- A Hibari las caricias le enviaron una sensación no deseada: La de angustia, la de añoranza... Se sacudió cuando la fuerza aminoró y se separó un par de pasos de aquella otra figura para verle con el más profundo de los odios

Aquella mirada definitivamente dolía, podía mirarle con asco o con ira, pero odio era demasiado para el italiano. Soltó el abrazo tanto por que se separó, como por esos ojos cargados de ese sentimiento. Sin poder decir mucho, desvió los ojos.- Realmente lo siento.. -¿Quién era más cobarde? Dino por no atreverse a verlo, ¿o Hibari por no atreverse a seguir golpeándolo?

Al final Dino consiguió sacarlo de la oficina, y meterlo en su flamante ferrari rojo. Entre vueltas y vueltas logro persuadirlo, hasta que le robó un beso, y Hibari cayó denuevo a perdonarlo; pero como el mismo, al estilo Hibari Kyoya.

Mientras iba manejando, de por Dino hacia lo posible porque su torpeza no lo hiciera chocar el coche y ocurrió; Entre que iba hablando a Hibari le dio por manosearle una pierna, y es que a veces le salía su lado pervertido, y desprevenido Dino dio vuelta rápidamente y el coche termino dándose fuertemente contra un poste.

-¡Mi-mierda! –Se quejo tocándose la cabeza, y sus ojos fueron inmediatamente hacia su amante.- ¡Kyoya, ¿está- --Hibari le miro con ira inmensa y de una patada lo sacó del automóvil.- ¡Auu auuch! Estoy bien, no tenias que preguntarlo.. –Se rio sobándose la cabeza y poniéndose de pie, al mismo tiempo que el presidente del comité estudiantil salía intacto del automóvil.

Dino al ver que su tesoro más preciado estaba a salvo, fue a su otro objeto amado que tenia todo el parachoque doblado y el capo de igual forma, a causa del impacto. El rubio se encogió de hombros con una cara destrozada realmente comica, y derramando cascadas de lagrimas.- ¡Joder! ¡Estaba nuevo! –El dinero podía comprar otro, pero realmente le gustaba ese modelo y el color, cuando iba a sacar su móvil del bolsillo de su chaqueta escuchó un sonido extraño.. Hecho pie atrás pensando que tal vez el ferrari podía explotar por el impacto, pero ese sonido no iba con él, entonces ladeo la mirada y ahí estaba Hibari con una mano en el estomago y otra en la boca, conteniendo la risa, sí, la risa.

- Hey hey, ¿qué es tan…? –Se sonrojo al verlo y es que una risotada como las que contenía Hibari podía ser realmente hermosa, pero no podía verla porque el otro la contenía y sinceramente no quería ya que la razón de esa risa era la burla de su desgracia con su amado caballo.- Kyoya no es gracioso –Hizo un puchero desviando la mirada y pasó de largo de donde estaba el japonés, ya que el automóvil podía explotar, asi que no quería presenciarlo, lloraría denuevo, era seguro.

Hibari al final tomo aire y tras echar un último vistazo al auto, dio la vuelta y fue por el mismo camino que Dino, quien se sentó en la vereda, para llamar a su más fiel subordinado.- Sí, Romario, el ferrari que… ¡No, claro que no!.. Bueno, sí –Se rio nervioso y se despeino con dolor aun por su amado automóvil. Le dio su localización, y colgó.- Vamos.. –Sonrió al japonés y comenzó a caminar, seguido del otro que iba silencioso, pero inmediatamente los dos dieron 2 pasos, el auto a sus espaldas explotó.

- Mieeeerdaaa.. –Exclamó Dino, volviendo la vista a los restos del auto cuando estaba llorando ya una vez más, y esta vez de fondo se escuchaban las risas del presidente del comité estudiantil, a viva voz.

Entonces Dino, aunque no era momento de decirlo ni pensarlo (al estar su amado ferrari completamente fallecido) pudo decir que lo amaba mucho más.


Y de bonus, un dibujo: